Altuna III guarda la varita, se pone el buzo y pasa a la final
El amezketarra anula las virguerías de Bengoetxea VI y defenderá su txapela
Jokin Altuna se clasificó para su tercera final consecutiva del Cuatro y Medio y defenderá el título de campeón que ostenta. Lo consiguió en su enésima demostración sobre su forma de jugar a pelota, dejando patente que no sólo vive, ni por asomo, de la inspiración en el remate. Su repertorio es mucho más amplio, capacidad que le conduce a llevarse semifinales como la del Labrit, ante el Bengoetxea VI más valiente y travieso. Ganó el delantero total. El que mejor sabe cuándo hay que guardar la varita mágica para ponerse el buzo de trabajo, defender y anular al oponente.
El amezketarra es un pelotari emocionante. Ni cuando perdía 0-5, 3-9 ó 12-14 había la más mínima legitimidad a darle por derrotado. Nadie resurge como Altuna III en cuanto se endurece la contienda. Ni siquiera con Oinatz Bengoetxea en su estado más puro, arriesgando en cada contacto suyo con el artefacto.
Altuna III defendió más en el peloteo y no falló tanto como Bengoetxea VI en el remate. Una lectura tan simple para una semifinal total, de complejo pronóstico, hasta para el más versado en la materia: el dinero salía a la par y hasta tendió al azul de Oinatz antes de que Altuna III sentara cátedra.
Del 12-14, al 19-14
Oinatz Bengoetxea puso encima de la mesa toda su colección de diabluras. Utilizando las dos pelotas más rápidas que rescató del cestaño, el leitzarra entraba de vez en cuando de aire al resto, añadía su diabólico efecto a las dejadas y castigaba arrimando el saque. No contaba con que su acierto estaba reñido con el arma de doble filo que maneja el mago: defender como si cada tanto fuera el último de su carrera. Profesionalidad.
Gracias a los arrestos y a un cre- ciente tino en la volea y el gancho, Altuna III demarró definitiva- mente desde el desfavorable 12-14 hasta un 19-14 que comprometía a Oinatz hasta la saciedad. Fue entonces, después del último desfile a los vestuarios, cuando el navarro intimó con el error más de lo que le hubiera gustado. Por ejemplo, en una dejada al ancho que desajustó para empatar a 15.
Altuna III se doctoró para termi- nar los tantos más peloteados del partido antes del arrebato final de Oinatz: un resto que directamente disfrazó de exquisito gancho y una serie de remates con los que sólo él sabe enredar para terminar con un dos paredes para el 19-16. Sin embargo, el de Aspe había renta- bilizado la semifinal con antela- ción y no se vino abajo. Los tres tantos que derivaron en el 22-16 fueron tres indultos de Bengoet- xea VI donde no suele perdonar: cerca del frontis. A sus 22 años, Jo- kin Altuna se proclama candidato a reconquistar la txapela