He muerto y he resucitado

El Ciutat de Valencia ya de por sí es un campo especial, cerrado, con hinchas de todas las edades y condición calientes, volcados con el triunfo parcial y cabreados al punto de desfilar (en torno a un tercio del aforo) con 10 minutos por jugarse con la consecución del 1-3 por parte de la Real. Su autor fue Oyarzabal, que en MD sostiene que el Ciutat siempre tendrá un sabor diferente porque fue donde debutó hace tres años, con apenas 18, en la primera plantilla, de la mano de

Moyes. Lo que no podía soñar entonces es que, sólo tres años después, iba ser una de las estrellas del equipo, iba a lucir el ‘10' de su ídolo Prieto e iba a sumar 122 partidos oficiales con 27 goles en su haber. Con sólo 21 años. No está inspirado este curso, sobre todo en casa; lo asume y lo digiere sin obsesionarse, pero con propósito de enmienda, como debe ser. “He muerto y he resucitado, de mis cenizas un árbol he plantado. Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado”. El clásico de Los Secretos suena siempre en los minutos previos de cada partido en la cancha del Levante, donde Oyarzabal y su equipo comenzaron el envite de forma espantosa, reaccionaron de forma tibia con un nivel bajo de juego y concluyeron arrasando, ensañándose con el oponente a base de fútbol y goles.

Mikel va a marcar goles y terminará ofreciendo su mejor versión. La Real sigue siendo un melón, como en agosto. Un equipo totalmente desconcertante, con un ‘10' comprometido. “Ayúdame y te habré ayudado, que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado”