En Zubieta se ensayan hasta los despejes
Asier Garitano divide al grupo por demarcaciones
Jornada con profundo contenido metódico, casi más propio de un laboratorio que de un campo de fútbol, ayer por la mañana en Zubieta. Que Asier Garitano no se despojara un solo segundo de la pizarra era una clara señal de lo que estaba por llegar: clase teórica al canto.
Con la ausencia de los internacionales Rulli, Llorente, Januzaj y Oyarzabal, los lesionados Zubeldia, Zurutuza, Sangalli y Merquelanz y los refuerzos de los ‘potrillos’ Lapeña, Le Normand y Guridi, Garitano dividió a la tropa en dos grupos específicos: por un lado los defensas y por otro, los medios y delanteros. El entrenador y Jon Ansotegi se pusieron a las órdenes de los zagueros e incidieron en el perfeccionamiento de las coberturas, los despejes y de las salidas conjuntas de la retaguardia.
Los centrales presionaban al dueño del balón en las jugadas interiores y, cuando el juego se abría a las bandas, los laterales tenían la misión de ahuyentar el peligro con un recurso imperecedero: patadón y tentetieso, a ser posible dentro del campo. Raúl Navas estuvo muy acertado.
Los centrocampistas y arietes, por su parte, se emplearon con idéntica intensidad bajo la tutela de Rubén de la Barrera, el segundo de abordo en el staff de Garitano. Illarramendi, Merino, Pardo, Juanmi, Sandro, Willian José y Bautista ensayaron transiciones, en vertical hacia la portería contraria, con el objetivo inequívoco: pases ágiles y culminación de la jugada sin adornos con el gol como objetivo.
La Real regresa a las 10.30 horas de hoy a la disciplina de Zubieta. El plan de mañana es el mismo, los dos entrenamientos son abiertos y el jueves llega el turno del amistoso contra el Toulouse en Tarbes (17.30 horas)