¡Que viene, que viene!
Cuatro equipos vascos de Segunda B están metidos de lleno en la pelea por evitar el descenso. 13 años después, la amenaza de los arrastres pone en grave riesgo el futuro de muchos equipos de Tercera
Hace 13 años cuatro clubs vascos (Cultural de Durango, Alavés B, Portugalete y Zalla) perdían la categoría en Segunda B, provocando por medio de los temidos arrastres que seis equipos vascos (Aurrera de Vitoria, Zamudio, Indautxu, Getxo, Aurrera de Ondarroa y Salvatierra) descendieran de Tercera a la entonces denominada Regional Preferente. Y pudo ser peor porque el Amurrio, que disputó la promoción de descenso a Tercera ante el Baza, se salvó en los penaltis, de lo contrario el Beasain se hubiera sumado a esa catarata de descensos que increíblemente no salpicó al fútbol guipuzcoano.
Es cierto que por el momento apenas se ha jugado un tercio del campeonato en la división de bronce, pero más de una década después aquel tsunami de descensos amenaza con repetirse.
Tras 12 jornadas disputadas Amorebieta, Cultural de Durango y Gernika cierran la clasificación, mientras que el CD Vitoria, filial del Eibar, ocupa puesto de promoción. La amenaza es seria y todo apunta a que por primera vez en 13 años habrá más de un descenso de un equipo vasco de Segunda B a Tercera. Y es que en las últimas 12 temporadas sólo han bajado nueve clubs vascos porque en tres de ellas no hubo descensos, incluida la última.
Esta amenaza hace que en Tercera los equipos implicados en el descenso tengan que evitar ya no sólo las tres últimas posiciones, sino alguna más, complicando mucho su futuro, entre ellos el de equipos como el Ordizia, el Pasaia e incluso un Lagun Onak que, por el momento, y tras su racha de cinco jornadas sin ganar, está metido de lleno en la pelea. Parece difícil que esta vez el fútbol guipuzcoano salga indemne de lo que se avecina