Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

El espejismo de Sepang

El jueves se dieron rueda Dovi y Petrucci, y ayer Rossi y Viñales

- Manuel Pecino

Los ojos como platos, así es como se nos pusieron cuando en la tarde de ayer Valentino Rossi y Maverick Viñales se pusieron a rodar juntos “como hermanos” en la pista en Sepang. Porque no fue como una de esas veces que coinciden por casualidad y uno de ellos –normalment­e el más rápido en ese momento– disimulada­mente se echa a un lado como quien no quiere la cosa para no enseñarle a su compañero de equipo ni media.

No, está vez Rossi y Viñales, Viñales y Rossi se dieron la rueda, como se dice en el argot, una vez delante uno y otra vez delante el otro. Como explicaron después ambos, fue un ejercicio de equipo para estudiarse, analizarse y entender mejor el comportami­entos de sus nuevas motos. “Rodando juntos hemos confirmado sensacione­s que habíamos sentido rodando solos. Ha sido interesant­e y productivo. Es lógico que hagamos cosas así, es algo que nos va a venir bien a todos” confirma- ron al final del día en unas declaracio­nes un tanto edulcorada­s.

¿Trabajo en equipo entre Rossi y Viñales? Resulta que va a ser verdad que el “reset” –reordenar las piezas existentes– proclamado por los responsabl­es de Yamaha sólo unos días antes como antídoto a la frustrante temporada pasada era verdad y no habían sido sólo palabras. Tampoco lo de abrir la puerta a “gente joven con nuevas ideas”; es más, había tenido efecto inmediato o en realidad fue un reflejo de lo que 24 horas antes pasó entre Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci.

Rossi y Viñales dieron juntos seis vueltas, que ya fue como ver a un mirlo blanco, pero las dos tandas de 10 vueltas que dieron uno a rueda del otro los dos pilotos oficiales de Ducati el día anterior es algo que no recuerdan ni los veteranos de las carreras. Hace dos días ya comentamos como la marca italiana de Borgo Panigale sorprendía y desconcert­aba constantem­ente a sus rivales con ideas o acciones completame­nte imprevista­s. Pues la última entrega fue la de hacer rodar a sus dos pilotos oficiales juntos en el test.

Casualidad o no, el hecho es que menos de 24 horas después de lo de los pilotos de Ducati, en Yamaha alguien se dio cuenta que se avanza más trabajando juntos que por separado. Es puro sentido común, pero en esto de las carreras el sentido común no es el que manda: los intereses particular­es siempre están por delante de los colectivos, al menos hasta ahora.

De cualquier manera lo mejor es que nadie se haga muchas ilusiones, porque Caperucita Roja no existe. Si no lo hubiéramos visto se diría que lo de Maverick Viñales y Valentino Rossi de ayer fue como un espejismo explicado por un alucinado. Pero sea como fuere, apuesto doble contra sencillo que lo que pasó en Sepang sólo lo veremos una vez; sino al tiempo

Se avanza más trabajando juntos que por separado, pero tal vez no se vuelva a ver

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FOTO: YAMAHA Valentino Rossi le da rueda a Maverick Viñales el viernes de Sepang. Dieron juntos seis vueltas durante la simulación de Mack

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