El Manresa roza una gran proeza
buen partido a pesar de que inicialmente era duda por unas molestias.
El Unicaja reaccionó en ese primer cuarto para colocarse con 2125 al final de los primeros diez minutos. La reacción de los andaluces se consolidaría en el segundo asalto, con mejora en defensa y buenas acciones de Shermadini bajo el aro. El pívot georgiano propiciaría el empate de 39 con una canasta a tres minutos del descanso, al que llegaría el Unicaja ya con ventaja, 46-45.
En la segunda mitad, parecía que el Unicaja era capaz de imponer sus mayores recursos físicos aunque nunca de forma definitiva. Basándose en Wiltjer, los locales se colocaban con 62-54 en el minuto 27 parecían capaces de romper el partido.
La sensación se intensificó en el último cuarto, con una renta máxima de diez puntos (71-61) que para nada propició la rendición del rival. El Manresa se lo tomó con paciencia para ir recortando hasta conseguirlo con un triple de Murphy que colocaba el 79-80 tras un parcial de 8-19.
La inseguridad regresó al Unicaja que no hubiera podido sobrevivir a esa remontada de no contar con Jaime Fernández. Sus canastas en esta recta final, incluida una penetración a 12 segundos del final, sostuvieron a los suyos en un final de infarto