Umtiti: “Me gustaría que viniese Griezmann”
El nombre de Antoine Griezmann vuelve a aparecer en el horizonte del FC Barcelona. Tras su famosa “decisión” del pasado verano, el delantero francés ya hizo saber al club azulgrana que asume que se equivocó y que ahora sí estaría dispuesto a jugar en el Camp Nou. Su cláusula de rescisión, además, pasará de los 200 millones actuales a 120 a partir del 1 de julio. La secretaría técnica del Barça está al corriente y mantiene al galo en la recámara como futurible, aunque hay otras opciones.
El delantero del Atlético está ahora concentrado con la selección francesa, dónde ha coincidido de nuevo con su buen amigo Samuel Umtiti. El central francés habló ayer en ‘Telefoot’ y fue sincero cuando le preguntaron si le gustaría ver a Griezmann en el vestuario azulgrana: “Me alegraría que viniese Antoine al Barça, tiene sitio aquí”. Para evitar especulaciones aclaró que ambos no han hablado de esa posibilidad.
Repreguntado por el tema, Umtiti señaló que “sé que Griezmann es feliz en Madrid y está muy bien allí. Está en un equipo que juega para él” y sobre la famosa decisión del pasado verano, que el central siguió en las redes ‘comiendo palomitas’, admitió que “en nuestra carrera tenemos que tomar decisiones que luego lamentamos”.
Su futuro está en el Barça
Cuestionado por su continuidad en el club azulgrana tras la buena temporada de Lenglet y el posible fichaje del holandés De Ligt, Umtiti fue categórico y aseguró que “mi futuro está en el Barça”.
El central azulgrana, que se ha pasado media temporada lesionado, confesó en la entrevista que sabe que asumió un riesgo jugando en Rusia el pasado verano. “Me arriesgué porque un Mundial se juega cada cuatro años y nunca sabes cuantas veces lo vas a jugar. Era un sueño y forcé mi rodilla izquierda, luego las cosas se complicaron un poco más, pero no me arrepiento de esa elección”.
Umtiti acabó ‘tocado’ la temporada, se perdió varios partidos con el Barça en el tramo final de curso, pero logró disputar el Mundial y proclamarse campeón del mundo. Este año ha pagado las consecuencias