Los herederos de la ‘generación de oro’ aspiran a todo
➔ España mantiene el prestigio y las aspiraciones de los últimos años a pesar de no contar en el equipo ya con ninguno de los ‘cracks' que dio aquella quinta del 80
➔ Campeona en 2006, medallista en los tres últimos Juegos Olímpicos y oro europeo en tres de las últimas cinco ediciones, España llega al Mundial afrontando el desafío al que le expone su propio prestigio. La eclosión de los jugadores de la ge- neración de oro, la de los nacidos en el 80 (Pau Gasol, Navarro, Felipe...) explicó en buena medida esa emergencia en el concierto internacional desde principios de la pasada década. Curiosamente, esta vez el equipo llega a la cita sin ningún representante de aquel grupo. Por primera vez.
El siempre anunciado cambio de ciclo se convirtió en una transición suave en la que perdura el talento propio de un grupo con varios jugadores en la NBA pero también el compromiso y la motivación que pusieron como base aquellos jugadores.
Ricky Rubio y Marc Gasol, figu- ras contrastadas en el basket global, deben tirar del equipo como han demostrado en la preparación, y eso supone una garantía de mínimos para conformar un equipo competitivo. Las ausencias de Mirotic, Ibaka y Abalde, sobre todo, han podido rebajar algo las expectativas, pero el grupo que dirige Scariolo acepta el reto de compensarlo con buena química, entrega máxima y buen reparto de roles.
El objetivo confesado es la clasificación para los Juegos, algo que se lograría acabando entre las dos mejores selecciones europeas. Alcanzar el podio sería un siguiente nivel de éxito y la reconquista del oro que se saboreó en Saitama hace ya 13 años parece un sueño increíble. Estas últimas aspiraciones supondrían mejorar los resultados de los dos últimos mundiales (sextos en Turquía 2010 y quintos en el Mundial de España de 2014).
Esas metas quedan lejos todavía en un campeonato que, de todos modos, será fugaz (apenas dos semanas) y en el que no habrá margen para despistes.
Inicialmente, España está encuadrada en el grupo C y jugará los primeros partidos de la fase inicial en Guangzhou, con Túnez, Puerto Rico e Irán como rivales. La primera meta es la clasificación para la segunda fase donde podría encontrarse posiblemente con Serbia e Italia en lucha por las dos posiciones que dan acceso a cuartos de final. Sortear esta fase, que se jugará en Wuhan, y posteriormente el cruce (en Shanghai o en Dongguan) supondría abrir la puerta a esos sueños de las medallas.
A pesar de las bajas, el equipo mantiene equilibrio en todas las posiciones, además de acumular experiencia en diversos niveles para gestionar las dificultades con criterio. A la capacidad y talento de los Llull o Rudy Fernández une la frescura y progresión de los hermanos Hernangómez con complementos de nivel como Claver, Ribas u Oriola. Buenos mimbres para, cuanto menos, mantener viva la ilusión ●