Dicho y hecho
➔ Mikel Iturria predijo que tenía la etapa de Urdax entre ceja y ceja y no falló en sus pronósticos
➔ Mikel Iturria no iba de farol cuando avisó de que iba a La Vuelta con intención de estrenarse como ganador de etapa. La experiencia de correr su segunda Vuelta a España quita los nervios, aligera las piernas y tener etapas en las que corres en casa hacen que vueles de manera casi inesperada. “Tengo que aprovecharlo, son 21 días y habrá muchas oportunidades”, dijo hace exactamente 15 días en MD. Y claro que las tuvo. El urnietarra atacó a falta de 24 kilómetros cuando corría con un numeroso grupo de escapados y no paró hasta alzarse con la victoria en la meta de Urdax, etapa que tenía marcada en rojo antes de empezar a pedalear.
Hay veces en la que el destino es caprichoso, pero esta vez fue para bien. El principal objetivo era “entrar en alguna escapada que tenga oportunidades”. Cumplió con el objetivo de tener ‘chances’ y tocó por primera vez la gloria con su primera victoria profesional. A nivel personal, se fijó explícitamente en la etapa de ayer, se la puso entre ceja y ceja, y acertó de pleno: “Conozco la zona y ya estuve reconociendo el recorrido. Me parece una etapa ideal para que llegue la fuga: el final no es selectivo para los favoritos y tampoco es adecuada para sprinters. Si puedo elegir, que sea esa”. Pues claro que puedes, Mikel. Nadie mejor que tú sabía que podías conseguirlo.
El hecho de que la etapa acabase en Euskal Herria también fue un plus para que el de Urnieta se subiese ayer al primer cajón del podio. La afición vasca volvió a salir masivamente a las cunetas y empujó a su corredor a la línea de meta de Urdax-Dantxarinea, donde le esperaban su familia y sus amigos para celebrar un triunfo histórico. Seguro que desde el coche y las numerosas ikurriñas le dieron un aliento extra al guipuzcoano para soportar al grupo perseguidor que le iba recortando segundos uno detrás de otro hasta tener apenas 10 segundos de margen.
Pasión por las dos ruedas
El triunfo de Mikel Iturria de ayer es un premio para su trayectoria, más si cabe cuando hace algo más de dos años, en el Tour de Limousin, se fue al suelo y tuvo una fractura de fémur. Un parón obligatorio que no pudo con sus ganas de correr, competir y sobre todo ganar por primera vez. “Sabes que sigo confiando en ti, así que ni se te ocurra engordar un gramo”, le dijo su entrenador Jon Odriozola cuando mordió asfalto.
El triunfo de ayer también es el premio a una pasión: correr encima de una bicicleta. A Mikel Iturria le vuelven locos los datos ciclistas, se conoce a todos los corredores, por muy poco conocidos que sean. No se le escapa ni uno, su palmarés, las carreras en las que han sido importantes, su manera de correr... El urnietarra estudia a sus rivales de manera exhaustiva antes de las carreras. Seguro que cuando por la radio le avisaron de que Cavagna y Lastra iban tras él de manera endiablada era consciente de que tenía posibilidades.
El de Urnieta, tras dos años en la Fundación Euskadi, recaló en el Murias en 2016. Tres años después y tras mucho esfuerzo, vuelve a situar al ciclismo guipuzcoano y vasco en lo más alto ●
“Conozco la zona y la estuve reconociendo, me parece una etapa ideal” adelantó Iturria