Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Cuéntame un cuento, Kobe

➔ Traspasó las fronteras del basket en las facetas de escritor y productor de películas

- Guille Álvarez

➔ Kobe Bryant será recordado eternament­e por su presencia única sobre las canchas de baloncesto. El reduccioni­smo con el que tratamos a las estrellas del deporte anula, en gran parte, su lado más humano, y es que el exjugador de los Lakers fue mucho más que un competidor nato. Después de su retirada, el escolta impulsó su faceta creativa como escritor y productor de relatos, usando sus experienci­as personales y el mundo del deporte como catalizado­res de sus historias.

Su poema ‘Querido baloncesto’, originalme­nte escrito como su carta de despedida de la NBA, se convirtió en un corto animado que ganó el Oscar en su categoría en 2018. Los versos de Bryant, conmovedor­es, inspiran pasión, dedicación y un marcado carácter propio. Esta es tan solo la primera capa, la más visible de su productora multimedia Granity Studios, un exitoso emporio empresaria­l que el exjugador creó al combinar sus dos grandes pasiones.

Unos deberes de última hora

La escritura irrumpió en la vida de Bryant gracias a la escuela. Después

de disputar un torneo colegial el fin de semana, el joven jugador estaba dormitando en clase de inglés. La profesora, Jeanne Mastriano, se le acercó y le advirtió que ese día tenían que contar sus historias a unos preescolar­es de la zona. Kobe no había hecho los deberes, pero de camino a la cita con los más pequeños, se puso a dar vueltas en la cabeza y dio forma a su primer relato.

Por lo visto, la madre de Kobe le metía bronca cuando de pequeño escondía toda su ropa sucia debajo de la cama. Bryant pensó que sería una buena historia para mostrar a los chavales que deberían hacer más caso a lo que dijeran sus padres. “Esa ropa se juntaba para crear unos monstruos que arrancaban a los niños de la cama por la noche”, recordó la leyenda al periódico USA Today. “Empezamos a recibir cartas de las familias diciendo que no sabían qué les habíamos contado, que nunca habían visto una habitación tan limpia”. La profesora de Bryant elogió la historia de su pupilo, que quedó fascinado con el poder de la escritura. “Ella creía firmemente que la narrativa podía cambiar el mundo, y me abrió los ojos ante esta pasión que no sabía que existía”, expresó el astro. Esos deberes de última hora acabaron convirtién­dose en el trabajo de Kobe una vez puso fin a su carrera de 20 años en el baloncesto profesiona­l.

El próximo mes de marzo, la productora de Bryant publicará su cuarto libro, el segundo de la saga inspirada en gran parte por el universo Harry Potter de J.K. Rowling, titulado ‘The Wizenard: Season One’ y escrito en colaboraci­ón con Wesley King; antes había publicado ‘The Wizenard: Training Camp’ –número uno en la lista de ventas del NY Times– y otros dos libros que mezclaban el mundo de la magia y el deporte ‘Legacy of the Queen’ (con Annie Matthew) y ‘Epoca: The Tree of Ecrof’ (con Ivy Claire). Kobe también colaboró con el prestigios­o fotógrafo Andrew Bernstein en un libro de sobremesa en el que compartía sus secretos dentro y fuera de la cancha, ‘Mentalidad Mamba. Secretos de mi éxito’ ● ➔ Gianna Maria Onore Bryant, de 13 años, perdió la vida junto a su padre en el accidente de helicópter­o que ha conmociona­do al mundo del deporte. De ella decían que había heredado el gen de talento baloncestí­stico que hizo famoso a Kobe, tanto que algunas universida­des americanas, con enorme antelación, ya seguían sus pasos.

Bryant era el padre de Natalia (17 años), que juega a voleibol; de Gianna, ‘Gigi’ para la familia y amigos; de Bianka, de tres años, y de la pequeña Capri, de solo siete meses de edad. Más de una vez le preguntaro­n a Kobe si no echaba de menos tener algún hijo varón que siguiese sus pasos en el mundo del baloncesto. Y Kobe, en el show televisivo de Jimmy Kimmel, dijo una vez que “hay una que es especial. Cuando los fans me dicen delante de ella: tienes que tener un niño para que continúe con la dinastía, ella me dice: ‘Yo me encargaré de eso, no te preocupes”.

‘Gigi’ Bryant tenía nombre italiano, detalle hacia la infancia pasada por Kobe en aquel país. Acompañaba a su padre a los partidos de la NBA y la WNBA, entrenaba a diario en el gimnasio de la casa familiar, y Kobe ayudaba a entrenar a su equipo del colegio. Encontraro­n la muerte viajando precisamen­te a un partido de la pequeña Gigi.

“Lo que me gusta de Gigi es su curiosidad por el baloncesto, está interesada en todo”, dijo Kobe a Los Angeles Times el pasado octubre. “Es un privilegio verla sobre la pista, ver cómo se mueve en la pista. Es una locura cómo funciona la genética”. Su carrera ya estaba diseñada: iría a la Universida­d de Connecticu­t, antes de probar suerte en la WNBA. Un fatídico accidente borró esos

planes ●

Con solo 13 años ya había despertado el interés de varias universida­des

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FOTO: GETTY Kobe y su hija ‘Gigi’, en una imagen de archivo
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Kobe Bryant, junto a la escritora Ivy Claire

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