Con el tenis
➔ Garbiñe Muguruza tendrá que esperar otra oportunidad para ser la primera española campeona del Open de Australia. Como Arantxa Sánchez en 1994 y 1995 y su entrenadora Conchita Martínez en 1998, la caraqueña sucumbió en la final, ante una excelente rival como la estadounidense Sofia Kenin, quien a sus 21 años subrayó su calidad y especialmente, una capacidad competitiva sobresaliente bajo presión.
Remontó la americana, decimoquinta del mundo (séptima mañana debutando en el top-10), como ya había hecho ante la nº 1 australiana Ash Barty en semifinales. Kenin se sobreexcita positivamente ante la adversidad, y fue ganando terreno hasta dejar tocada a una Garbiñe Muguruza que cerró el partido con su octava doble falta, tercera en el último juego.
Kenin, cuarto título de su carrera, después de los tres conquistados el pasado curso (Hobart, Mallorca y Guagnzhou), primero de Grand Slam en su estreno en una final ‘grande’, sólo en su tercera participación en el Open de Australia, para alborozo de su padre y entrenador Alex. Emigró desde el Moscú natal con un puñado de dólares en el bolsillo y se hizo técnico a la fuerza persiguiendo un sueño al unísono con ‘Sonya’ que han cumplido sobradamente.
Su hija ganó 4-6, 6-2 y 6-2 en 2h.03’ de tenis disputado en ‘indoor’, con el techo del Rod Laver Arena cerrado por lluvia en Melbourne. Como en Pekín 2019, triunfo de la norteamericana sobre la española en tres mangas. La superó en período de crisis, también frenó a una resucitada Garbiñe Muguruza.
El desenlace resultó inmisericorde para una Muguruza sin recompensa al esfuerzo realizado cambiando el equipo técnico, intensificando la preparación en pretemporada y remontando un proceso vírico que puso en peligro el enfoque del Open.
Llegó en excelentes condiciones a su cuarta final ‘grande’, con éxitos ante poderosas adversarias como Elina Svitolina, Kiki Bertens y Simona Halep, pero su palmarés no engordó el Roland Garros de 2016 y el Wimbledon de 2017. Ella sí había cedido en su estreno, ante Serena Williams en Wimbledon 2015. Quien no pagó la novatada fue la guerrera Kenin, que reivindica su papel de figura emergente en un país que estaba centrado últimamente en Serena, el fenómeno Coco Gauff y la ‘teenager’ Amanda Anasimova, según ella misma había expuesto públicamente.
Muguruza, 26 años y 32ª del mundo (será 16ª), no se escapó del gafe del tenis español en los individuales del Open de Australia. Sólo lo esquivó una vez Rafa Nadal, en 2009, aunque luego vivió mil y un problemas increíbles, en las antípodas del excelente palmarés en el resto de Grand Slams. De doce finales, once desaprovechadas y sólo capturada la del manacorí.
Bolas de ‘break’ y dobles faltas
La caraqueña estuvo excelsa en la manga inicial, y casi la entrega porque de cuatro bolas de 5-2 pasó a verse 4-4. Remontó para 6-4, pero dejó constancia de lo que vendría después. Una cadena letal: a cada ocasión perdida, más presión, menos claridad y una adversaria creciendo exponencialmente a cómo menguaba la española.
Una doble falta abrió la segunda