Recorte salarial: buena sintonía
Nunca antes habían vivido las actuales generaciones una epidemia con efectos tan devastadores e incierta. Nada será igual cuando termine esta pesadilla. El balance de fallecimientos no parece tener un cierre próximo y el virus se llevará, asímismo, una cantidad aún por determinar de empleos y rentas del sector productivo y empresas de todos los tamaños y sectores. Tampoco tiene antecedentes conocidos el gesto de los capitanes del Barça, en representación de la plantilla del primer equipo, de ser solidarios asumiendo el recorte en sus millonarios emolumentos. El acercamiento entre el presidente Bartomeu y los cuatro capitanes ha encontrado la complicidad de los jugadores, que no escapan a lo que ocurre a su alrededor aunque a veces nos lo parezca. Nadie podrá decir que los jugadores del Barça se distancian socialmente de la ciudadanía. No se podrá interpretar la posición del vestuario blaugrana como un distanciamiento social en ningún caso.
LA ACTITUD MOSTRADA POR LOS jugadores está a altura de los socios que año a año, deciden mantener su cuota de socio abonado contra viento y marea, restándoselo muchas veces de su precaria economía. Una cuota que, aunque no sufre los incrementos de los grandes rivales europeos, es un tesoro innegociable tanto para el culé sacrificado como para el club que descarta su aumento y el correspondiente ingreso.
EL PRESUPUESTO DEL BARÇA NO LLEGARÁ a los 1047 millones previstos, ni siquiera se alcanzarán los mil y el 53% (552 ‘kilos') va destinado a la plantilla profesional de fútbol. Nadie sabe cuando se volverá a reiniciar la competición pero el club tiene la obligación de dibujar los diferentes escenarios. Lo que va perdiendo como empresa está más claro. La sintonía con Messi, Piqué, Busquets y Sergi Roberto es buena, pero el resto de clubs también están abocados a reconducir sus números y a dialogar con los jugadores. LaLiga va de la mano en este asunto como uno de los asideros para minimizar el desastre ●