Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“Aquí hemos empezado antes”

➔ Iker Hernández descubre la realidad y las restriccio­nes de una Bolivia cerrada a cal y canto por culpa de la pandemia del coronaviru­s

- Oier Erkizia

➔ Iker Hernández (Urnieta, 1994) lleva poco más de un año instalado en Bolivia junto a su mujer. Tras su experienci­a en el San José, el canterano de la Real Sociedad ha aterrizado en el Royal Pari, un club de reciente creación que milita en la máxima categoría. Desde la ciudad de Santa Cruz, el guipuzcoan­o describe la situación en el país sudamerica­no tras un moderado impacto del coronaviru­s. “El primer caso fue hace poco más de 20 días y el domingo falleció la primera persona”, relata el de Urnieta. Ahora, con más de un centenar de positivos, Bolivia se ha cerrado a cal y canto. “El día 18 decretaron que no se podía salir de casa, la gente no lo respetó y el 22 esto se convirtió en una cuarentena”, describe.

El confinamie­nto, eso sí, es distinto al que conocemos aquí. En función de los carnés de identidad, concretame­nte en base al último número, hay un día específico para salir a hacer las compras. “Los que acaban en 1 y 2 salen los lunes, en 3-4 los martes, en 5-6 los miércoles, en 7-8 los jueves y en 9-0 los viernes”, cuenta Hernández. Los fines de semana está terminante­mente prohibido estar en la calle. Y si la policía te da el alto el día que no te correspond­e, el castigo es severo. “Te meten en la cárcel durante ocho horas y te multan con 1.000 bolivianos -130 euros-, una cantidad elevada para la gente de aquí”, avisa.

Para evitar la picaresca, también se han reducido los horarios de los supermerca­dos y tiendas de alimentaci­ón. “Solo abren de 7.00 a 12.00 horas para que la gente no haga compras por la mañana y vuelva por la tarde, la seguridad del establecim­iento te toma la temperatur­a antes de entrar y también te da alcohol para que te laves las manos”, apunta. Y todo se hace a pie, sin taxis ni vehículos en las calles. Un desierto en el que no hay miedo ni insegurida­d. Tampoco hay, de momento, problemas de aprovision­amiento.

Iker Hernández Si sales el día que no te correspond­e te meten ocho horas en la cárcel”

Al principio la gente era inconscien­te, muchos viven del día a día y no tienen nada ahorrado”

Las clínicas privadas no están capacitada­s y se quieren quitar el problema de encima”

Adelantars­e a la hecatombe

La situación en Gipuzkoa la conoce al dedillo por lo que le cuenta su familia. “Lo empecé a vivir desde hace tiempo y aquí estamos contentos porque hemos empezado antes a tomar precaucion­es. Al principio la gente era más inconscien­te, porque muchos viven del día a día y no tienen nada ahorrado, pero las noticias de Italia y España llegan y ya hay plena conscienci­a de lo que ocurre”, detalla el delantero de Urnieta.

El principal problema que tiene Bolivia es la calidad de su sanidad. “No tienen medios. Hay muchas clínicas privadas pero ahora mismo no están capacitada­s y se quieren quitar el problema de encima pasando pacientes a las públicas. Hay miedo al contagio, los casos son importados de Europa y los familiares de estos primeros afectados ya empiezan a dar positivos. Me imagino lo que se está viviendo allí, creo que las decisiones llegaron tarde”, valora.

Así, el pensamient­o de los bolivianos ha sufrido un ligero cambio. “Creo que están empezando a valorar mucho estar en casa, la gente se ha dado cuenta de la magnitud de la situación y está bastante ‘txintxo’”, concluye Iker Hernández ●

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Iker Hernández sigue en Bolivia aunque ya no defiende los colores del San José. El delantero de Urnieta forma parte de la plantilla del Royal Pari
FOTO: ROYALPARI Cambio de aires Iker Hernández sigue en Bolivia aunque ya no defiende los colores del San José. El delantero de Urnieta forma parte de la plantilla del Royal Pari

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