Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Pesimismo entre los propios equipos accionista­s de la Euroliga

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a albergar esta fase final son Belgrado (Serbia), Kaunas (Lituania), Atenas (Grecia) y Colonia (Alemania), aunque alguna más podría haberse sumado en los últimos días.

Acabar la temporada es una cuestión vital para la Euroliga por motivos económicos. En primer lugar, porque la suspensión de la competició­n comportó la suspensión de los ingresos televisivo­s. La plataforma DAZN, en difícil situación tras ser golpeada de forma durísima por la actual pandemia, solo tiene intención de pagar (y ya veremos si todo lo pactado) si los partidos se acaban disputando. Por otra parte, desde hace meses se comenta el adiós del principal espónsor de la competició­n, Turkish Airlines, que no está en disposició­n de renovar los ‘naming rights’ que ostenta desde 2010. Los rumores sitúan a la compañía gasista rusa Gazprom como principal favorito a sustituir a la aerolínea turca pero, sea quien sea el nuevo partner, el importe del acuerdo puede variar en función

La Euroliga y los once equipos que son sus accionista­s mayoritari­os (Real Madrid, Barça, Baskonia, Anadolu Efes, Fenerbahçe, Olympiacos, Panathinai­kos, Maccabi Tel Aviv, CSKA Moscú, Armani Milan y Zalgiris) suelen mantener una posición comunicati­va monolítica, sin apenas disensione­s a la hora de valorar los temas troncales que afectan a la competició­n. Sin embargo,

la imagen de marca con la que la Euroliga salga de la actual crisis. Y la diferencia entre acabar la temporada o no hacerlo es importante en este sentido.

La Euroliga, pues, está trabajando a la desesperad­a para lograr organizar un final para la temporada 2019-2020. Sin embargo, las dificultad­es son muchas y las apuestas en estas semanas se han sucedido las voces que desde esos clubs consideran que la temporada debería darse por finalizada o que, en el mejor caso, muestran su pesimismo sobre una posible reanudació­n. “Yo considero más importante prepararse para la próxima temporada que salvar ésta”, señaló Andrei Vatutin, presidente del CSKA. En parecidos términos se

están mayoritari­amente en su contra a día de hoy. Para empezar, y aunque no lo digan públicamen­te, la mayoría de equipos no quieren volver a jugar. Las razones son variadas: algunos no tienen opciones a nivel deportivo, otros tienen a la mayoría de sus jugadores en sus países de origen y a todos les preocupa el coste de acabar la temde pronunció el general manager del Anadolu Efes. “Parece que la Euroliga no se reanudará a pesar de sus grandes esfuerzos”, señaló Alper Yilmaz. Incluso uno de los más sólidos aliados de Jordi Bertomeu, el presidente del Baskonia Josean Querejeta, “ha afirmado que “la verdad es que soy bastante pesimista respecto a la reanudació­n de la Euroliga” ●

porada, no solo por los salarios que no se podrán ahorrar sino también por el elevado precio de los tests PCR o el coste de los desplazami­entos y alojamient­os, que la Euroliga aún no ha dicho quién asumirá.

Más de la mitad de los equipos aún no ha vuelto a entrenar, entre los que están los tres rusos (CSKA Moscú, Khimki y Zenit), los dos turcos (Anadolu Efes y Fenerbahçe), el Panathinai­kos o el Maccabi Tel Aviv. Y entre los equipos que ya están entrenando, varios lo están haciendo aún sin sus jugadores extranjero­s, caso del Zalgiris o el Estrella Roja. El Maccabi, además, se encuentra con un problema añadido pues el gobierno de su país le ha advertido de las graves consecuenc­ias de priorizar la Euroliga sobre la competició­n nacional como había apuntado el presidente del club, Simon Mizrahi, ante la coincidenc­ia de fechas.

Todo ello sin contar las grandes dificultad­es que está encontrand­o la Euroliga para organizar la logística de su torneo final, con muchos desplazami­entos internacio­nales, diferentes normativas y cuarentena­s en función de cada estado y el crecimient­o del Covid-19 en países poco golpeados en un primer momento, como Rusia o Turquía ●

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