Falta de información
n amplio segmento de la población se frota las manos ante el inminente fenómeno que se dispone a paralizar el planeta. Se llama fútbol y parece que nadie ha sabido nunca nada del término. Es como si lo hubieran despojado de la vida de la gente cuando se tuvo que paralizar. Hubo días en que dio la impresión de ser una cancelación irremediable. De ahí que su reingreso al primer plano haya acelerado los deseos del personal, que ya se imagina que los partidos pueden ser con afición a la mayor brevedad. Tampoco es cuestión de reprochárselo a nadie. Es una consecuencia de la pasión que sólo el deporte es capaz de derrochar. Un sentimiento generalizado entre el pueblo. Es mejor no confundirlo con otro género de intereses que imperan en esa Liga de Fútbol Profesional que ahora hay que denominar LaLiga. Sin separar al artículo del sustantivo, qué gramática tan garrafal. Mientras la razón de ser del fútbol, su gente, piensa en planes alternativos para ver los partidos, la falta de información se acentúa y no son pocos los cabos que siguen sueltos, sin que ninguna autoridad competente responda. No hay soluciones convincentes al problema que surgiría si hay positivos por Covid desde que se reanude la competición. Hay futbolistas que se sienten apartados en el proceso del retorno a la competición porque esos que mandan no les han tenido en cuenta en sus determinaciones. Por no hablar de la improvisación que se avecina si esta temporada la afición puede entrar en los campos: nadie sabe en qué condiciones ●