El mejor año de sus vidas

avid Zurutuza iniciará el domingo sus últimos 36 días como profesional. Si los afronta en plenitud de ilusión o desgastado por el lógico cansancio de una larga trayectoria que ya hace un año le hizo dudar si continuar o no, sólo él lo sabe. Lo cierto es que el 19 de julio, cuando esta liga exprés termine, se marchará a su casa con la satisfacción del deber cumplido, el mismo día que habrá cumplido 34 años. Cuando Zurutuza apague la luz sólo quedará a su espalda Illarramendi como último vestigio de la generación que cambió la historia moderna de la Real. El actual capitán debutó en el primer equipo hace diez años, el 19 de junio de 2010, seis días después de que el conjunto txuri urdin certificara el ascenso a Primera en la tarde más memorable de sus vidas para muchos realzales. Los diez años de recorrido de Illarra en la elite son los del fantástico viaje del club desde los más bajos fondos en Segunda, hasta la espectacular consolidación de sus estructuras, lo que le lleva a estar peleando por segunda vez en esta década por jugar la Champions. Cuando el balón ruede el domingo en Anoeta, el brazalete no lo portarán ni Aranburu ni Xabi Prieto, Agirretxe no goleará como un avión y Carlos Martínez no surcará la banda derecha melena al viento. Griezmann observará desde la distancia con ternura dónde empezó todo y a Markel, De la Bella, Esnaola, Ansotegi, Labaka y compañía es posible que les resbale una lágrima por la mejilla. No por ver un Anoeta desnudo, vacío, sin su gente, sino por recordar la que, para muchos, fue la temporada de sus vidas ●