El racismo no puede con la NASCAR
➔ Los pilotos y equipos mostraron su solidaridad con Wallace tras ser amenazado con una soga en su box
➔ El 1 de diciembre de 1955, en Alabama, Rosa Parks, nacida en Estados Unidos pero con ascendencia africana, cometió un acto de valentía que hoy día es recordado como histórico. Una heroicidad en una situación cotidiana en una sociedad por aquel entonces dividida en dos categorías: blancos y negros. Aquel día, en un autobús, Rosa se negó a cederle su asiento a un hombre blanco. Aquello le costó una multa de 14 dólares y una noche en prisión. Pero aquel acto es considerado como crucial para que años después el Tribunal Supremo de Estados Unidos declarase como inconstitucional la ley de segregación racial en el transporte público y que en 1964 llegase la esperada Ley de Derechos Civiles.
Ahora, más de 65 años después, la mecha se volvió a prender a raíz del asesinato de George Floyd. La discriminación racial sigue siendo un problema, y precisamente en Alabama, este fin de semana se vio un claro y deplorable ejemplo de ello cuando Bubba Wallace, único piloto afroamericano de la NASCAR, recibió una amenaza racista al encontrarse una soga colgada del techo de su box.
La NASCAR rápidamente defendió al piloto e inició una investigación para expulsar al culpable. “Como mi madre me dijo hoy, ‘solo están tratando de asustarte’. Eso no me romperá y no retrocederé. Continuaré defendiendo con orgullo lo que creo”, expresó Bubba el sábado tras lo sucedido. Pero el mayor gesto fue el realizado por los 39 pilotos restantes del certamen y todos los miembros de los equipos de la NASCAR, que antes de la carrera de ayer en el Talladega Superspeedway, empujaron al coche del piloto de 26 años y lo escoltaron hasta la salida.
“Ha sido duro, un infierno, aunque mejor diría que frenético por soportar esta carga. Estoy orgulloso
atraer a estos aficionados (pudieron entrar 5.000 personas, la mayoría de raza negra) que están aquí por primera vez y que vinieron desde Atlanta. Eso es fantástico”, expresó muy emocionado Wallace.
“El deporte está cambiando. El asunto que sucedió ayer, quienquiera que haya sido, no me va a borrar la sonrisa. Voy a seguir adelante”, añadió a ‘Fox Sports’ un piloto que se atrevió hace semanas a pedir la prohibición de la bandera confederada, símbolo racista, a las carreras, algo que posteriormente la NASCAR efectuó. Además, Bubba lució en la cita precedente en Martinsville un coche totalmente negro con el lema ‘Black Lives Matter’, en lugar de lucir grandes publicidades. Un gesto que gana todavía más valor si tenemos en cuenta que se calcula que solo el 9% de los espectadores de la NASCAR son afroamericanos, y el 40% son del sur del país.
Bubba no pudo contener las lágrimas pero avisó: “No van a borrarme la sonrisa”
“El previo de la carrera fue una de las cosas más complicadas que he tenido que ver en mi vida, con todo el apoyo de mis compañeros, de integrantes de los equipos y mecánicos y a los grandes aficionados que tenemos aquí. Gracias por venir. Es increíble, pero estoy muy orgulloso de ser parte de este deporte. Ahora nos vamos a Pocono y espero seguir sonriendo entonces”, concluyó entre lágrimas tras el emotivo gesto conjunto de la NASCAR.
Como con Rosa Parks hace 65 años, en Alabama se volvió a hacer frentealracismo ●