A veces no hace falta tanta magia...
➔ El belga coloca a la Real en Europa con un lanzamiento de falta duro y sin florituras
David Zurutuza ya es historia de la Real. El pelirrojo se despide con la alegría de ver a su equipo del alma otra vez en el continente, pero con la amargura de no haber podido contribuir al objetivo como él hubiera querido. Cerró la puerta de Anoeta sin el calor del público y sin vestirse de corto y contra el Atlético tampoco pudo jugar ● ➔ Adnan Januzaj es sinónimo de magia y de incertidumbre. Nunca sabes qué esperar de él sobre un terreno de juego. Como una moneda que se lanza al aire y puede caer de cualquiera de las dos caras. Es capaz de lo mejor, al conseguir desequilibrar con su habilidad y vertiginoso uno contra uno un atasco monumental, pero también suele perderse a bajas revoluciones en otro tipo de situaciones.
Curiosamente, en capsulas pequeñas, con apariciones fugaces, es cuando mejor se aprecia su rendimiento y también donde mejor se desenvuelve. Su velocidad y capacidad para el desborde alimentan una batería prácticamente muerta. Si la oscuridad se cierne sobre un partido que ya está cuesta arriba, basta que aparezca con su barita para que se haga la luz.
Por eso, su entrada en el Metropolitano iluminó a los aficionados que ya se estaban quedando sin uñas delante de las pantallas de televisión. La Real estaba a punto de morir en la orilla, ahogada en una insistencia sin premio. La muralla del Atlético era infranqueable y Oblak, el guardián de la portería, ya había enseñado a Odegaard y Portu que no iba a dejar que nada ni nadie se colara en sus redes.
Hasta que apareció Januzaj en el minuto 78. Con un cuarto de ho
Jugaba al despiste Imanol en la previa cuando aseguró que la Real iba a ganar al Atlético? ra por delante, el de Bruselas puso en marcha el cohete en dirección a la portería rival. Cabe recordar que aunque se le daba por descartado para esta última cita, irrumpió en la pista sin hacer amigos.
Mucho en poco tiempo
Desde el primer momento, Januzaj entró en juego con espacios por delante a los que lanzarse. Sus compañeros, conscientes de que es uno de los mejores a la hora de romper líneas en carrera, no lo dudaron a la hora de cargar todo el peso del ataque sobre sus hombros. Con Willian José, Portu y Barrenetxea como compañeros de fatiga, el belga levantó la vista para intentar sacar a la Real del atolladero.
Aunque no tuvo fortuna en algunos pases en profundidad, cuya intención era buena pero pecaron de impaciencia, en el momento preciso no falló. Atrapó el balón en la derecha y se metió hasta la cocina, dejando atrás a un par de defensores. Acabó derribado en el lateral, a escasos metros de la frontera con el área. Era el minuto 87.
A Januzaj le gusta vestirse de mago. Las roscas, los regates imposibles y los pases con el exterior entran dentro de su repertorio. Sin embargo, para meter a la Real en Europa no usó ninguno de esos trucos que luego brillan en los videos de Youtube. No se lo pensó dos veces. El objetivo era marcar y Januzaj solo tenía un objetivo delante: Oblak. Un disparo seco, duro y sin florituras superó el barullo del área pequeña y sorprendió a todos. La Real ya está en Europa ●
Al de Bruselas le bastaron siete minutos para meter a la Real en la Europa League