“Me voy tranquilo, dejo el equipo en buenas manos”
➔ Zurutuza se despidió arropado por compañeros, técnicos y Jokin Aperribay y definió su brillante etapa en la Real como “un sueño” Me siento un privilegiado por haber vestido la camiseta de la Real todos estos años; ha sido un sueño”
➔ “Voy a empezar mi discurso, a ver qué tal me va”. David Zurutuza se despidió de la Real a su estilo. Genio y figura, el ‘17’ cerró su etapa como txuri urdin con una comparecencia en la que tuvo que regatear a la emoción. Hubo espacio para las sonrisas, para los recuerdos y también para los aplausos de jugadores, técnicos y de Jokin Aperribay, que le arropaban en la sala de prensa de Anoeta.
“Me he sentido un privilegiado por llevar la camiseta de la Real todos estos años”, arrancó Zurutuza, que comenzó leyendo una nota en la que no escatimó en agradecimientos. “Estoy aquí desde los 13 años, en esta escuela enorme que es la Real. En todo este tiempo, el esfuerzo y el sacrificio de mi familia ha sido enorme. La persona y el jugador que soy se lo debo a ellos. Siempre tengo en el recuerdo a mi padre”. Tuvo que respirar.
El realista recordó que llegó al primer equipo “en un momento difícil”, en Segunda, y se congratula de dejar el testigo “a gente joven que viene como una moto”. Lamentó no haber podido vivir sus últimos momentos en el campo “con la gente a la que quiero y con la afición, pero así se ha dado. He disfrutado muchísimo de este camino. Me llevo muchas cosas de la Real; la gente que está aquí y todos los momentos vividos. Le doy las gracias a todos, a Jokin, a los técnicos, trabajadores y compañeros; y a mi mujer que siempre ha estado ahí. Ser la mujer de un futbolista es un sacrificio grande, lo dejan todo por nosotros”.
La afición fue otro punto capital en sus palabras. “Me he sentido un jugador muy querido. El “’Zuru’, ‘Zuru’” se convirtió en un grito de guerra y me daba mucha fuerza. Estoy muy agradecido”.
A su manera
Han sido once temporadas en el primer equipo. Desde el infierno de Segunda hasta el cielo europeo. 303 partidos que son un billete a la historia dorada del club. “Cuando empecé a jugar al fútbol, con cinco años, en ningún momento me planteé nada. Lo he vivido todo a tope y, mirando atrás, puedo decir que ha sido un sueño”.
Una etapa brillante en la que, además de su fútbol, ha destacado por una personalidad característica. Por un sello propio. “Siempre se me ha achacado ser diferente, expresarme más de lo que debía. No lo podía hacer de otra manera. Veo la vida así y hacer las cosas de otra manera era imposible. Otros tendrán otra visión, es respetable, y si alguna vez he ofendido a alguien lo siento, pero estoy super tranquilo porque he dicho las cosas que pensaba en cada momento. Y como todos, alguna vez la habré ‘cagado’”.
Zurutuza tenía clara su decisión desde hace tiempo. “Sé que mi momento ha pasado. Este último año ha sido duro porque no he disfrutado en el campo; no estaba en mi mejor momento y mis compañeros me lo pusieron muy difícil para estar en el ‘once’. Estamos ante una nueva gran generación de gente joven, con mucha fuerza”.
Se va sin espinas clavadas. “El pichichi en ningún momento se me ha pasado por la cabeza”, bromeó. “Es verdad que hemos tocado el caramelo de la final de Copa y que por la pandemia se ha pospuesto, pero la voy a disfrutar como un aficionado más”.
“Mi época en la Real ha acabado y les toca a los nuevos tirar del carro”, apuntó, mostrándose optimista con el futuro del club. “Me gusta lo que veo. Me voy tranquilo, dejo el equipo en buenas manos. Estamos ante una gran Real, una generación que espero que siga muchos años, como he hecho