Los errores mayúsculos
La mano de Thierry Henry ante Irlanda que clasificó a Francia para el Mundial de Sudáfrica destapó la caja de los truenos. Los irlandeses todavía se acuerdan diez años más tarde. Ese error de bulto que dejó a una selección sin ir a un Mundial y a otra con el billete sin merecerlo fue la punta de lanza para acabar imponiendo la tecnología en el mundo del fútbol. La creación del VAR obedeció, sobre todo, a que los errores mayúsculos desaparecieran. En la Liga española después de la pandemia la utilización del VAR ha sido una caricatura beneficiando al campeón y perjudicando a muchos equipos, entre ellos, al Leganés en el último encuentro.
EN EL MINUTO 84 DEL PARTIDO ni el árbitro Cuadra Fernández ni el VAR vieron una clara mano de Jovic en el área que hubiera supuesto un penalti a favor del Leganés. Es cierto que después hay que marcarlo, pero era una oportunidad de oro para poder salvarse tras un final de Liga con mucho esfuerzo e intensidad por parte del equipo pepinero. Ni se vio ni actuó el VAR y el Leganés está en Segunda. Ese es un error que puede valer un descenso. Para eso está el VAR y el árbitro para revisarlo y mirarlo varias veces, porque ahí se puede hablar de error clamoroso.
EL VAR POST PANDEMIA HA ACABADO señalando penaltis por leves contactos insuficientes y anulando goles por fueras de juego posicionales que ni los defensas rivales protestaron. El gran beneficiado ha sido el Madrid sin que nunca haya aflorado ningún tipo de rubor. El problema ha sido de agravio con todo el resto. Y hasta en el último partido en el que no se jugaban nada, porque ya eran campeones. El VAR había de estar para los errores clamorosos que afectan realmente por su injusticia manifiesta y escandalosa al resultado final del juego. Tras la pandemia se ha dedicado a rearbitrar las jugadas con árbitros en la sala de visionado que después serán juzgados por los mismos a los que corrigen o a los que aprueban. De la mano de Henry alade Jovic ●