“Hasta enero será difícil jugar”
➔ Clara Azurmendi sigue trabajando duro pese a que ve complicado que puedan disputarse torneos en lo que queda de 2020
➔ Mientras algunos deportes van dando pasos para recuperar la normalidad, hay otras disciplinas que siguen nadando en un mar de incertidumbre. Es el caso del bádminton. Mientras se suceden las cancelaciones de torneos, las jugadoras siguen adaptándose a la situación sin tener claro cuándo volverán a competir. Es el caso de la donostiarra Clara Azurmendi.
“Seguimos a la espera, no hay nada claro”, relata la deportista de 22 años. “Volví a Madrid (a la residencia Blume) el 11 de junio y estuvimos entrenando hasta hace tres semanas. Ya se veía que la espera iba a ser larga así que aprovecharon para darnos vacaciones. La semana pasada empezamos a trabajar de nuevo”.
La temporada está “en el aire. Hasta que no estemos todos los países en igualdad de condiciones y se pueda viajar con seguridad no creo que la Federación deje jugar torneos, no sería justo. Son especulaciones, pero viendo cómo está evolucionando todo, hasta enero será
Clara Azurmendi No sería justo jugar hasta que todos los países estemos en las mismas condiciones; no sé cuándo podrá ser”
Cuando llegué a Madrid con 14 años era como invisible, no hacía ruido; me he hecho fuerte mentalmente”
difícil que podamos jugar”.
Los torneos se disputan por todo el mundo y con jugadoras de distintos países, lo que dificulta su organización. “Por ejemplo, en marzo se jugó el All England, que es como el Wimblendon en bádminton. Los jugadores chinos tuvieron que estar tres semanas antes en Londres para pasar cuarentena. En otros torneos a los italianos no les dejaron competir. No es justo porque hay jugadores que se quedan sin puntuar. No sé cuándo podremos estar todos”.
Todo en un año al que Azurmendi llegaba con buenas sensaciones tras un 2019 con victorias en Eslovenia y Gales. Sin embargo, unos problemas en las rodillas truncaron su progresión y, cuando ya había disputado su primer torneo del año en Barcelona, llegó el parón. “Se lleva mal porque entrenas las mismas horas, es verdad que sin algunos periodos de carga porque no sabemos en qué fecha hay que estar al cien por cien, y no compites. Pero por otro lado hacemos cosas diferentes. Ahora quieren hacer una concentración en Sierra Nevada y hacer algún día de excursiones y actividades. Estar metidas en el pabellón en Madrid es mortal, hace mucho calor”.
El sueño olímpico
Cuando la situación lo permita, la donostiarra volverá a las pistas con un objetivo en el horizonte: Tokio. “Está muy difícil, pero hay más tiempo. Yo me encuentro bien y si me llega la oportunidad no la voy a desaprovechar. Es el sueño de todos los deportistas que entrenan a alto nivel, llegar a unos Juegos e incluso ganarlos. Es muy complicado, por supuesto, pero hay que luchar por ello”.
Los aros olímpicos son uno de los sueños que persigue desde que, con 14 años, tomó la decisión de enrolarse en la Residencia Blume. “Entré como una niña y creo que he madurado más rápido de lo que marca mi edad. Llegué allí, sola, y es lo que te toca; o espabilas o te dan por todos los lados. Yo al principio era como invisible, iba calladita, sin hacer ruido, pero si quieres llegar a lo más alto tienes que hacerte fuerte mentalmente. Es en lo que más he cambiado” ●