Una dura inmovilización
➔ La Federación Vasca de Judo y Deportes Asociados no ha podido celebrar ningún tipo de evento en los últimos seis meses debido a la expansión de la pandemia de la Covid-19
➔ “La pasada semana habíamos organizado la VII Euskadiko Judo Training Camp para realizar entrenamientos en Hondarribia. Se había convocado a los equipos junior y senior. En total eran treinta deportistas y cinco entrenadores, con los que íbamos a hacer un grupo burbuja, en el que entraban el miércoles 26 de agosto y salían el sábado 29. Teníamos todo preparado. El albergue concertado, los tatamis montados, estaba comprado el material, las mascarillas, los geles... Pero el lunes se hicieron pruebas PCR a todos los entrenadores y a todos los alumnos que iban a participar para asegurarnos. El martes nos dieron los resultados, en los que había dos positivos y tomamos la decisión de suspenderlo todo. Pensamos que era lo mejor, porque no sabíamos si habían estado en contacto entre ellos. Es la única actividad que habíamos organizado desde que empezó la pandemia y no la hemos podido hacer. Es que no hemos podido realizar ninguna”.
El relato de Sergio Bello, presidente de la Federación Vasca de Judo y Deportes Asociados, sobre lo ocurrido hace solo unos días ilustra a la perfección la situación en la que se encuentran estas modalidades deportivas en Euskadi desde que empezó la expansión de la Covid-19 y frenó la mayor parte de las actividades habituales que se llevaban a cabo por parte de la sociedad.
“Precaria situación”
“Hay que destacar la precaria situación que vivimos desde hace seis meses, sin trabajo y sin apenas repercusión social en los medios. Somos, entre otros, los grandes olvidados”, destaca Bello como resumen de este casi medio año en el que el coronavirus ha afectado al judo como a la gran mayoría de los deportes.
El máximo mandatario del judo vasco lamenta el perjuicio que este prolongado parón está causando en diversos colectivos ligados al deporte: “Hay cantidad de gente, de familias, que viven del sector deportivo, federado y escolar y que ahora mismo no ven un futuro esperanzador”.
A pesar de este panorama descorazonador, Bello no quiere olvidarse de la labor desarrollada en este tiempo tan adverso por las distintas instituciones deportivas que rodean a sus especialidades: “Tenemos
que destacar el apoyo de la Federación Vasca de Judo y Deportes Asociados, de las federaciones provinciales y de la federación estatal, con entrega de material, termómetros, mascarillas y gel hidroalcohólico, o con la reducción de las cuotas federativas”.
Pero al margen de esta ayuda de tipo más logístico, también desea resaltar el trabajo realizado en otros importantes ámbitos: “Sobre todo, creando unos protocolos exclusivos para nuestros deportes muy estrictos y protectores, ya que estamos dentro del grupo de deportes de contacto, aunque somos muy capaces de realizar estas actividades sin contacto. Nuestras disciplinas así lo permiten, además de que ya antes de esta situación siempre se han cuidado unos hábitos de higiene tanto personal como del material e instalaciones debido a la propia filosofía, que se resume en el principio de la ayuda mutua y el estudio del trabajo individual -tandoku renshu-”.
Bello quiere también destacar otros aspectos beneficiosos que tiene la práctica del judo y sus disciplinas asociadas para la sociedad en general: “Nuestra aportación a la salud a través de la fórmula deporte es igual a salud, la prevención de enfermedades, de la obesidad y del sedentarismo”.
En esta coyuntura la situación actual es que se puede entrenar con deportistas federados, pero las Diputaciones no permiten por el momento el deporte escolar y han aconsejado a los centros escolares la no práctica de actividades extraescolares, lo que impide ahora mismo que los niños puedan practicar judo.
“Hablamos de 80 clubs en Euskadi, de unos 250 entrenadores, algunos de ellos dependiendo totalmente de los centros escolares y de instalaciones municipales para sus enseñanzas deportivas”, explica Bello.
El presidente de la Vasca asegura que “un entrenador de un deporte como judo, aikido, wushu, kendo o jiu-jitsu es un pilar en la conciliación familiar, en la salud de los jóvenes y mayores. Jóvenes a los que entrena, educa e inculca valores para su integración positiva en la sociedad”.
“Modelos a seguir”
Añade que “uno de nuestros profesores no es un funcionario, pero trabaja para sacar a los jóvenes del peligro potencial que hay en las calles, mostrándole valores y medios a su alcance para su desarrollo personal. Promueve conocimientos, sin discriminar, por igual, pues se adaptan las clases al alumno”.
Y como colofón, Bello apunta que “los entrenadores nos convertimos en modelos a seguir, en una meta. Si yo he llegado, ellos también pueden. No somos psicólogos, pero ayudamos a que la persona crea en sí misma. Para ello trabajamos duro, nos formamos, estudiamos, todo de nuestro bolsillo, sin ayudas” ●
“Somos, entre otros, los grandes olvidados”, dice el `presi’ Sergio Bello
“Cantidad de gente vive del sector deportivo y no ve un futuro esperanzador”