Una decisión complicada

illian José clasificó a la Real para los octavos de final de la Copa con aroma a despedida. Si el brasileño disputó su último encuentro como blanquiazul o no se conocerá en las próximas horas pero el lenguaje gestual del ariete y el de sus compañeros fue de fin de era. El ariete de Porto Calvo, en realidad, lleva un año marchándose, desde que se declaró en rebeldía en enero de 2020 en el partido copero contra el Espanyol para forzar su salida. Nunca ha vuelto a ser el mismo. Siempre ha estado lejos de su mejor versión, además de que le ha acompañado un aire de melancolía que a ojos de todos le situaba en una órbita de compromiso alejada del exigible, a la vez que crecía la figura de Isak. En momentos puntuales como ayer en Córdoba, en Nápoles o con el gran partido que hizo en el Camp Nou, Willian José ha seguido recordando de manera irregular el gran delantero que es. 62 goles en 170 partidos con la Real retratan a un futbolista importante, lo que convierte en muy difícil la decisión de dejarle salir sin que medie una importante operación económica. El valor deportivo de Willian José ha podido bajar a ojos del seguidor de la Real pero el económico está ahí y su envergadura futbolística es incuestionable. La gran deuda de club y jugador es no lograr un rendimiento regular a la altura de su potencial. La Real apuesta ahora por otra etapa, otro tipo de delantero como Carlos Fernández, lo que no significa que pueda añorar a un delantero como Willian José que hasta ayer, en el que pudo ser su último servicio, demostró su importancia ●