Todo en contra
a enorme ilusión por repetir el éxito de la pasada temporada en la Copa no frenó la caída libre de la Real. Al contrario. La Real dio un paso más hacia el abismo al caer eliminada de la competición en un partido difícil de explicar, que los txuri urdin tuvieron en la mano, pero en el que no terminaron de sentirse cómodos para acabar despeñándose. La Real suma dos victorias en los últimos 16 partidos oficiales y eso, evidentemente, es una tendencia preocupante, si bien el primer empujón hacia el acantilado ayer se lo dio Mateu Lahoz. En un partido que la Real tenía totalmente controlado, con 0-1 en el marcador, el árbitro expulsó a Illarramendi por una falta en la que no tocó al rival. El VAR, seguramente porque así lo dice el protocolo, no corrigió al colegiado generando la surrealista injusticia de dejar a los txuri urdin con 10 por una acción sin contacto. El partido fue otro tras la roja. Todo va en contra en este momento. Lo curioso es que en inferioridad, con el cambio de sistema a cinco defensas, la Real manejó mejor el partido que tras la roja a Sanabria que lo dejó 10 contra 10. Pero para entonces el encuentro ya había entrado en ese terreno en el que se descontrola para los de Imanol. Por la razón que sea, la realidad es que no se termina ningún partido con los pesos pesados sobre el césped, que quizá era lo que exigía ayer el guion para defender el pase a cuartos. La Real, con los cambios, no sólo volvió a perder jerarquía sobre el campo sino que acabó con un equipo muy joven y varios futbolistas fuera de sitio lo que terminó por condenarle en la prórroga ●