Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

No se vio nada

➔ La garrafal roja a Illarra desdibuja a una Real perdida

- Germán Melero

➔ La segunda tarjeta amarilla a Illarramen­di sólo la vio Mateu Lahoz. Sobre la confusa incursión del VAR en el fútbol existe un debate demasiado potente sobre el que los organismos que mandan están obligados a reflexiona­r, pero la expulsión del capitán es una equivocaci­ón garrafal del árbitro. La norma, discutible o no, que lo es, ya existía antes de que una disputa que no era falta fuera resuelta con un error arbitral de toda la santa vida. Patada al aire de Illarra y exceso teatral de Sidnei. La polémica marcó la eliminació­n de una Real que, al mismo tiempo, se equivocarí­a si se escudara exclusivam­ente en la negligenci­a del juez para justificar la derrota.

No se vio nada por la abundante niebla que borró el Villamarín del mapa. No se vio nada en la jugada de la roja a Illarramen­di. No se vio nada de la Real. Desdibujad­a con 10 futbolista­s. Y perdida desde el punto de vista de la identidad, de su fútbol, en una de sus actuacione­s más oscuras.

No fue por no buscar remedios

Era un todo o nada y se notó en cuanto Illarramen­di tuvo que dejar a la Real con uno menos. La primera solución fue tan novedosa como que no se había visto antes. Merino retrasó su posición para ser el tercer central, entre Elustondo y Le Normand, de una defensa de cinco efectivos dentro de un esquema sin delanteros y una línea de cuatro sólo un poco más adelantada. El dispositiv­o replegó a la Real prácticame­nte en su área.

Sanabria, con la roja que recibió, redobló el desorden. Diez contra diez, Aritz fue lateral hasta que dijo basta, Zubeldia pasó por el medio centro, el eje de la zaga y el lateral derecho. Zubimendi tuvo que ser defensa y quizá por eso falló en el 2-1 de la prórroga. Y Januzaj actuó de delantero centro. El ramillete de movimiento­s demuestra que no fue por no buscar remedios. Se trataba de defender una victoria y luego un empate a toda costa.

La Real terminó por caerse con todo el equipo, entre tanto cambio de sistema y de posiciones. La presión es máxima en una eliminator­ia a partido único y la intención fue ir solucionan­do los problemas cada vez que ocurría algo. Lo peor, sin embargo, pudo ser jugar los minutos decisivos con Guridi, Oyarzabal e Isak en el banquillo. Tres de las mejores armas que desapareci­eron entre la niebla por ser sustituida­s. Y entonces, no se vio nada ●

La norma, discutible o no, ya existía antes de que Illarra no hiciera ni falta en la expulsión

La Real jugó los minutos decisivos con Guridi, Oyarzabal e Isak en el banquillo

 ?? FOTO: EFE ?? Zubeldia lucha por llevarse ante Carvalho un peligroso balón que se le escurrió a Remiro, que trata de rehacerse
FOTO: EFE Zubeldia lucha por llevarse ante Carvalho un peligroso balón que se le escurrió a Remiro, que trata de rehacerse

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