Problemón de mucho calado
o hace falta remontarse mucho en el tiempo para reparar en los desperfectos que originó una muy mala planificación deportiva en la portería del primer equipo de la Real. Eso trajo como consecuencia la llegada atropellada de Miguel Ángel Moyá en febrero de hace dos años y la necesidad de que debutase sin realizar un solo entrenamiento con los que iban a ser sus nuevos compañeros. La Real tuvo que realizar un gran esfuerzo económico para poner un parche en una posición que estaba siendo problemática, primero con Rulli y, sobre todo, con la lesión de éste y la presencia de Toño. Ahora, con la recaída de Moyá, que maldita su suerte de recaer de su lesión a la media hora de su primer entrenamiento tras casi dos meses en el dique seco, se le genera un problemón a la Real. Ya no puede fichar a nadie porque el mercado está cerrado y se entiende que la dolencia del balear no requerirá de una recuperación superior a cinco meses. Imanol debe poner una vela cada noche a todos los santos en los que crea para que Remiro no enferme, ni se lesione, ni sea expulsado. Hay una gran confianza en Gaizka Ayesa, pero es un portero con nula experiencia en Primera y Segunda y muy escasa en Segunda B (nueve partidos). Fiarle la suerte de la portería de toda una Real a un pipiolo como él sería una temeridad, inapropiado hasta para él. Por todo ello, si bien el resto de posiciones del campo pueden estar bien cubiertas y dobladas -se podría discutir el de central izquierdo y el de mediapunta-, hay una laguna clara en la portería, como está quedando acreditado ●