En el terreno de la verdad

e adentra la Real en el territorio de la verdad de la temporada, en el que se reduce el margen de error, en el que habrá que ejecutar cada movimiento con precisión quirúrgica. Sobresaltos como el de Oyarzabal ayer en Zubieta suponen un escalofrío cuando está a punto de reanudarse la Europa League. A dos meses de la final de Copa. Una lesión, por pequeña que sea, puede dejar a la Real sin alguna pieza esencial para los partidos decisivos que le esperan entre los 19, en el peor de los casos, que aún afrontará en los tres meses que quedan de temporada. Es por eso que, a partir de ahora, habrá que ser más comprensible, si cabe, con las maniobras de Imanol en aras de contar con sus mejores soldados en las batallas de envergadura, la primera en Turín. Es curioso que Olabe tuviera que defender ayer que el equipo no se ha caído cuando tiene un punto más a estas alturas que la pasada temporada. La campaña, hasta ahora, es notable. De hecho, con dos partidos de ventaja sobre el séptimo, la Real tiene cierta licencia para contemporizar en Liga. La gloria absoluta se la van a dar cruces como el del Manchester o la final de Copa. Y aún tendrá margen para pelear por los seis primeros puestos. Dice el director de fútbol que ve a sus hombres preparados para el tramo decisivo de la competición pero la mejor versión de la Real ha pasado por tener a sus mejores jugadores sanos. A partir de ahora hay que ser calculadores. Perder a piezas irremplazables como Oyarzabal es un lujo que a estas alturas la Real ya no se puede permitir ●