Segundos tiempos fatales
➔ El rendimiento del equipo vitoriano cae en picado tras el descanso
➔ El Alavés, a un punto del descenso, está viviendo una temporada agitada, que se ha llevado ya por delante a Pablo Machín, que cedió el puesto a Abelardo. El equipo, por ahora, sigue sin levantar cabeza: cuatro puntos de 15 posibles desde el retorno del ‘Pitu'. Y aunque para llegar a la situación actual no hay que buscar una sola causa, lo cierto es que el partido ante el Barça de esta jornada ilustra alguna de estas razones.
Los vitorianos llegaron al descanso con 2-0 en el marcador y acabaron perdiendo por 5-1. Y los tres goles restantes los encajaron casi en el último cuarto de hora: minutos 74 (3-1), 75 (4-1) y 80 (5-1). Una constante que se ha repetido: es en la última media hora de partido cuando el Alavés encaja la mayoría de sus goles. Concretamente, la mitad, 17 de 34: nueve entre los minutos 61 y 75 y ocho del 76 al final.
Esto está condenando al Alavés, que en una clasificación hecha con los resultados parciales de los segundos tiempos de los partidos sería colista, con apenas 18 puntos, tres por debajo del segundo peor clasificado, el Huesca, con los mismos puntos (21) que el Celta.
Pero esa misma clasificación realizada con los resultados parciales de los primeros tiempos deja al Alavés en una cómoda decimoprimera plaza, empatado a 26 puntos con el Valencia, al que supera por el goal-average general: -4 los vitorianos, -5 los de Mestalla.
Y en esta tabla de los primeros tiempos, el colchón del Alavés con respecto al descenso es de cinco puntos: el primer equipo que ocupa plaza de descenso es el Cádiz, con 21 puntos, los mismos que el
Elche pero con un goal average mucho peor: -13 para los andaluces, -5 para los alicantinos.
Esta ‘doble personalidad' del Alavés le condena a la derrota si llega al descanso por debajo en el marcador: en las siete veces que ha sucedido esto hasta el momento (cuatro como local, tres como visitante) el equipo fue incapaz de voltear el marcador o cuando menos, igualarlo, y acabó perdiendo los siete partidos. Y en cuatro de ellos, por una desventaja mayor que la que tenía al descanso ●