Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Todas las estrellas apagadas: se fue la luz

➔ El verdadero peligro de la Real dura 2 minutos y el milagro de Remiro fue imposible

- Germán Melero

➔ El guardián de cabecera, Remiro, en la portería. Una mezcla de consistenc­ia y aire expeditivo en la defensa para paliar la baja a última hora de Aritz: Zaldua, Zubeldia, Le Normand y Monreal. Un tridente de alta escuela en el medio del campo: Illarramen­di, Merino y David Silva. En las bandas, turno para un desequilib­rante Januzaj y un consumado especialis­ta en decidir como Oyarzabal. Y en punta de lanza, la estrella del momento: Isak. Es difícil que la Real pueda plantar a día de hoy un plan con más armas. Pues fue aniquilado por el United.

La seguridad en la zona de atrás fue corrompida por el fútbol di- recto de los ingleses. Tanto a los laterales como a los centrales se les hizo de noche con la habilidad de Bruno Fernandes para crear peligro como mediapunta y la triple velocidad con que James, Greenwood y Rashford rompieron a la Real. La inferiorid­ad de la retaguardi­a, la persecució­n de sombras a la que fue sometida, se manifestó en el 0-4.

De la medular con renombre que presentó la Real se apropió en realidad el United gracias a McTominay. He aquí el futbolista del partido.Un bigardo escocés, británico inconfundi­ble. Rubio, de piel trasparent­e, blanca como la nieve.

Pasó por encima de un Illarra sin fuelle, del Merino más agobiado -se le vio en la cara- y de Silva, la viva imagen del golpe en contra. La estrella apagada en plena constelaci­ón.

Se fue la luz de la Real por la discreta actuación de sus estandarte­s. Porque Januzaj tampoco rescató al equipo, Oyarzabal asomó con demasiada timidez y la empresa para Isak fue como salir airoso de una isla desierta.

El puño de hierro del Manchester United fue apabullant­e y el verdadero peligro de la Real duró dos minutos. Los dos primeros del partido, además. Un hurto Isak a Bailly que terminó con Januzaj rozando la escuadra y otro alarde del sueco, a pase del belga, que desbarató el meta Henderson, autor de su última parada en el minuto 2.

El mayor varapalo para Imanol

A la Real no le quedaba más remedio que agarrarse a Remiro. Un buen portero al que le falta una de esas actuacione­s descomunal­es. Memorables. Llevaba camino de ser esta noche la suya, con tres o cuatro paradas de mérito e importanci­a.

Hasta que salió al bulto y se metió en el jardín, sin flores, previo al 0-1. A la Real ya no le quedaba nada. Sin sus estrellas, sin el milagro del portero, a Imanol se le vino encima un 0-4 que es su varapalo más rotundo en el banquillo ● ➔ Imanol Alguacil estaba dolido, pero no decepciona­do por lo sucedido en el Juventus Stadium: “Decepciona­do no es la palabra porque cuando los jugadores y yo planteamos el partido, lo tenemos claro”, señaló. “Lo que duele es la derrota y el resultado, pero decepciona­do no. Cabreado sí, como cuando perdemos cualquier partido, pero decepciona­do no porque lo teníamos tan claro que no podíamos perder nuestra identidad a pesar de tener enfrente a un equipo de lo mejorcito jugando a la espalda. Sabíamos que podía pasar y ha pasado”.

No cree que con otro planteamie­nto la historia hubiera sido distinta: “Tengo tan claro que teníamos que ser nosotros, y el equipo lo tenía también tan claro, que si teníamos que perder tenía que ser de esta manera”. En su opinión, “tenemos que ser consciente­s del rival que teníamos enfrente. Lo tenemos que tener todos muy claro. Yo estoy orgulloso de cómo hemos afrontado el partido a pesar del resultado. Ahora es fácil hablar. Haciendo otro tipo de partido nadie nos garantizab­a haber competido. Este estilo nos ha traído hasta aquí. Estoy muy tranquilo y muy orgulloso”, dijo un Imanol que confirmó que el vestuario está “herido” pero que “no se va a resentir” ●

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FOTO: AP Silva controla el balón con dificultad­es ante Fred ayer en Turín

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