Rahm no acaba de despegar
➔ Tercer 72 y terminó “frustrado”
➔ El ‘moving day’ no apareció por ningún lado ayer por lo que a Jon Rahm se refiere y o bien los de cabeza se hundían todos tras levantarse el viento en el Augusta National por la tarde y a las 16 horas locales decretarse la suspensión por amenaza de tormenta, o el vizcaino necesita un auténtico milagro en la última vuelta para tener alguna opción de victoria en el Masters.
Justo acabar Rahm su vuelta de par (72), la tercera esta semana, sonó la sirena que avisaba de la llegada de una tormenta, los jugadores marcaron sus bolas y se dirigieron a la casa-club. Fue un parón de 78 minutos con Justin Rose que se mantenía líder con -7 en el hoyo 7.
Rahm era 21º provisional después de no salirle las cosas por tercer día consecutivo, sobre todo en los greens, incluso dos buenos golpes que no acabaron como él esperaba en green despertaron su enfado, sobre todo el del hoyo 11. Jon firmó dos birdies y dos bogeys en los nueve primeros hoyos. En el 8 volvió a ‘puttear’ para eagle pero la bola rozó el hoyo. 36 golpes, par, en estos nueve primeros.
En el hoyo 11, primero del Amen Corner, el viento le descolocó algo y un golpe a priori sin problemas a green acabó con la bola muy pasada de bandera y un mal approach: bogey. En el 12 se resarció con un gran golpe pero no cayó el ‘2’, en el 13 tuvo suerte de que su bola no se fuera al riachuelo de la izquierda tras rebotar en los árboles, y en el 14 de nuevo pasado de green anotó su cuarto bogey de la tarjeta. Pudo enmendar la situación con dos birdies en el 15 y 16 (aquí embocó el único putt de más de tres metros del día), y con pares en el 17 y 18 firmó el 72 y 216 en total, a siete golpes de Rose en el momento de la suspensión.
La cara de Rahm reflejaba en zona mixta perfectamente la frustración del español al ver que el resultado final de la tarjeta no era fiel a su mejor golf. El vasco aseguró que jugó mucho mejor que el jueves y el viernes de tee a green, pero no ocurrió nada en la vuelta. Simplemente, el putter no le acompañó cuando lo necesitaba para despegar.
“Muy frustrante, es lo que puedo decir, el resultado no refleja para nada el juego, siete u ocho golpes los he pegado como quería y han acabado en malos sitios, en los del 7, 11 y 14 hice buenos swings, pensaba que estaban al lado y han terminado en sitios injugables. El resultado no refleja lo bien que he jugado”, dijo el vizcaíno con resignación.
“¿Qué hacer de cara al domingo? No quiero pensar, si sigue soplando el viento y el líder no se aleja mucho, igual salgo, hago pocas y les doy un susto pero habrá que hacer una vuelta cerca del récord para tener opciones”, añadió Jon.
Y el Augusta National castigó de forma severa a Txema Olazábal cuando quiso ser un poco agresivo en el hoyo 15 y su tercer golpe botó en green un metro antes de donde debía, hizo backspin y la bola acabó en el lago. Doble bogey-7 muy cruel. Un golpe muy duro para el vasco que hasta entonces estaba jugando de manual, de libro, dándole toda una ‘master class’ de approach y putt a su compañero de partido, Patrick Reed, con 11 pares, dos birdies y un solo bogey hasta ese hoyo 15. Acabó con 40 por los segundos nueve y 75 para 221 ●