El Girona hace los deberes ante el Elche
Merecida victoria de los de Míchel, que se impusieron con goles del reivindicado Taty Castellanos y Oriol Romeu ante un equipo peleón
El Girona logró su segunda victoria consecutiva en casa frente al Elche. Los goles de Taty y Romeu hacen dar un gran paso al Girona hacia el principal objetivo, la permanencia. Enfrente, un cuadro ilicitano que sigue alargando su herida antes de recalar, casi definitivamente, en la categoría de plata.
Los 19 grados que corrieron por el cielo de Montilivi albergaron un gran ambiente entre protagonistas y aficionados. La fideuá previa al encuentro dio energía a los locales para animar a un equipo que necesitaba la victoria para acercarse al objetivo de la permanencia. Enfrente apareció un Elche que parece preparar más la temporada siguiente que la que permanece en juego.
El equipo que contempló la tensión fue el rojiblanco. Se notó desde el primer minuto sobre las piernas de los de Míchel, mientras que el cuadro visitante mostró desde el primer momento la capacidad de jugar más apaciguado y sin mucha presión por la situación que les acompaña.
No tardaron en llegar las malas noticias para el Girona. Borja García se fue al suelo, llevándose la mano a su pierna y dando a entender que su papel había llegado a su fin. Sin calentar volvió Aleix Garcia para suplir al madrileño, quien vio muy de cerca las amarillas a Santi Bueno y a Taty Castellanos, quienes se perderán el choque en Pucela por acumulación de cartulinas.
Protagonista Taty
Precisamente el Taty fue uno de los protagonistas.
Fue sancionado, pero también ovacionado por su error en el Camp Nou y coreado por el gol que abrió la lata a los 45 minutos, justo antes de llegar al ecuador del encuentro.
No por méritos pero si por el empuje de los últimos minutos los gerundenses lograron una ventaja que alivió al técnico vallecano, quien se mantuvo nervioso en varios momentos del partido por errores evitables en cuanto al pase.
El Elche decidió no arrugarse y salió al se- gundo tiempo del mismo modo que en el primero. Gazzaniga sacó a relucir puños y paradas ante los despistes de los locales. Los ilicitanos tenían poco que perder y se les vio más sueltos durante los 90 minutos.
Los del técnico argentino merecieron más por el peligro generado. Los franjiverdes dignificaron
la competición a pesar de sus nulas opciones para revertir la situación. La prueba de estar sin presión se vio en el disparo de Gumbau desde el centro del campo, probando a Gazzaniga.
Pero los locales hicieron válidos sus destellos a 20 minutos del final, uno de los que estaba en las apuestas
para el gol mandó un zapatazo imposible para Werner. Vino por parte del equilibrista de los catalanes, Oriol Romeu, quien sumó su segundo gol durante el curso y puso la cereza en el pastel a su actuación.
Fue entonces cuando las esperanzas del Elche minaron y se reflejó en rendimiento y ánimos. Todo lo contrario le sucedió al Girona, que aprovechó dichas consecuencias para asentarse definitivamente sobre el verde y mostrarse más cómodo en todas las líneas. Tsygankov y compañía empezaron a divertirse en algunas combinaciones cuando el tiempo empezó a agotarse.
El susto
El susto del partido fue la indisposición de un aficionado que tuvo que ser atendido por las emergencias médicas. No pareció ir a más y el resto de aficionados, con más calma en el cuerpo, decidió empezar una ola que hacía semanas que no picaba. Los resultados tan ajustados no permitieron salir a relucir los brazos rojiblancos.
Con el tiempo ya cumplido, Ponce se fue con roja directa por una entrada sobre Santi Bueno. Los tacos sobre el gemelo del uruguayo no dejaron lugar a dudas. Con poco más sobre el verde, Figueroa Vázquez silbó el final de partido para consumar una nueva victoria del Girona en casa y un dolor para el Elche que será permanente hasta que acabe el curso