Las proezas de Alonso en la tierra del fuego
El asturiano realizó una resalida en parado memorable en Bakú 2021, con cuatro adelantamientos en seis curvas, y acabó 7º en 2018 después de quedarse con el coche a dos ruedas
Fernando Alonso afronta con ambición el Gran Premio de Azerbaiyán de F1 que se disputa este fin de semana en Bakú. El español llega con optimismo. Desde que esta cita se adhirió al calendario en 2017, esta es la primera vez que el ovetense llega a la ‘tierra del fuego’ con grandes opciones de subirse al podio, el que sería su cuarto cajón en las primeras cuatro carreras esta campaña.
Hay una frase que ayer entonó Alonso en la jornada previa al inicio de la acción que resume perfectamente lo mucho que le ha cambiado la vida al asturiano este año al tener por fin un coche competitivo como el Aston Martin AMR23. “Este tipo de formatos no nos ayudan demasiado, salvo que cometa un error el rival”, dijo Alonso en relación al cambio de formato del fin de semana al sprint que se estrena en Bakú, con dos clasificaciones y una manga corta el sábado en la que los pilotos podrían tomar más riesgos. Ese formato, con solo un entrenamiento libre, genera más incertidumbre, algo que Alonso siempre hubiera querido en años anteriores. No este curso, puesto que su coche, sin necesidad de caos ni locura en carrera, es monoplaza de podio.
En años anteriores, Fernando Alonso tenía que aprovechar cualquier clavo ardiendo para maximizar su resultado. Lo ocurrido hace dos años, en Bakú 2021, es ejemplo de las proezas que Fernando tenía que hacer para optar a un buen resultado en los puntos.
Clase magistral
En el GP de Bakú de 2021, Fernando Alonso dio una clase magistral de cómo rendir en un momento clave de la carrera. Su Alpine de entonces, en una carrera a distancias largas, donde entran en juego cuestiones como la degradación de las gomas y otros múltiples elementos, no le permitía aspirar a más que una décima posición. Pero tras una bandera roja de Verstappen, la carrera se iba a decidir con una salida en parado y solo dos giros. Ahí no había ni que pensar en degradación de neumáticos, ni en cuidar la temperatura de los frenos, ni nada de nada.Los pilotos tenían licencia para ata-* car sin resguardar ningún cartucho. Y ahí, Fernando Alonso, desde la décima posición, era el que menos tenía que perder de los pilotos que estaban en el Top10. Ya se lo dijo a su equipo, que le daba igual arriesgar e impactar contra el muro perdiendo un punto. “Le dije al equipo que si me iba al muro, mala suerte, pero que iba a intentarlo”. Y eso hizo.
Ahí exhibió algo que muchos otros pilotos no tienen, un talento único que sacó a relucir a la perfección de nuevo con unas maniobras que vistas desde la cámara on board aún se deben poner más en valor.
En esa salida, Alonso ganaba dos plazas en la primera curva colándose por el interior de Ricciardo y de Sainz, y poco después realizó una espectacular manioba sobre Tsunoda cambiando su posición con un golpe de volante inesperado para coger la entrada de una chicane más abierto de lo normal y atacar al nipón por fuera. Adelantó a cuatro coches en 6 curvas. Tenía que arriesgar y lo hizo a las mil maravillas. No tenía nada que perder. Y fue a por todas. Otra lección en un circuito en el que en 2018 ya dejó una imagen para el recuerdo.
Un coche roto hasta los puntos
Una de las carreras que los fans de Fernando guardan en su memoria fue la de Bakú 2018, cita que el propio piloto definió como “probablemente la mejor carrera” de su vida hasta entonces. Fue 7º, pero lo mejor fue cómo lo hizo: después de que Sirtotkin le tocara en la salida y le provocara dos pinchazos. Alonso dio entonces una lección a todos: no hay que rendirse jamás y hay que luchar hasta el final. Dio la vuelta entera al circuito a dos ruedas y tuvo que pelearse contra su coche para poder llegar a boxes. Salió último a la pista, con el fondo dañado, pero fue a por todas. “Empecé a adelantar coches y a remontar. Luego con el último ‘Safety Car’ ganamos posiciones al final. La verdad es que es sorprendente el resultado con un coche que estaba medio roto. Así que contento”, dijo tras la carrera, que terminó con “el coche muy dañado”. Metió ese McLaren en la 7ª plaza. Ahora, Mágic quiere brillar de nuevo, esta vez en la lucha por el podio