El rey juerguista del snooker
El belga luca brecel es el primer campeón mundial de snooker surgido de la europa continental, un golpe al dominio secular de las islas británicas. su método también va a la contra: prefiere la fiesta al sacrificio
Voy a disfrutar de esto, ha sido una semana loca: sin entrenar, sólo fiesta. No debería ser legal”, decía Luca Brecel el pasado lunes tras batir a un cuatro veces campeón, el británico Mark Selby (18-15), en la final del Campeonato del Mundo de snooker, la modalidad de billar con seis troneras y 22 bolas con mayor recorrido mediático en el mundo gracias a su popularidad en el Reino Unido, Irlanda, gran parte de la Commonwealth e incluso China. Lo que ocurrió en el Crucible Theatre de Sheffield, la sede de este Mundial desde hace 40 años, fue un terremoto que sacudió los cimientos del snooker, porque Brecel, un belga de 28 años, se acababa de convertir en el primer campeón mundial surgido de un país de la Europa continental. Atrás quedaban, desde que el torneo se juega en Sheffield (1977), 24 títulos para billaristas ingleses, 12 para escoceses, cinco para galeses, dos para norirlandeses y uno para Irlanda, Australia y Canadá.
Recuperemos la frase inicial de este artículo, cuando Brecel hablaba de “sólo fiesta, nada de entreno”, porque el nuevo rey del snooker no ha ocultado su gusto por la juerga, salir cada noche y beber. Incluso durante un Mundial. Eso es lo que hizo en Sheffield la pasada semana, y no lo ocultó. “No practiqué para este torneo, quería estar mentalmente fresco, no tenía expectativas, incluso pensé que iba a perder rápido”, decía Brecel antes de disputar la final. Los días previos, para relajarse, salía cada noche. Y no entrenaba, al revés que sus rivales.
Luca siempre fue así, un prodigio repleto de talento, tanto que con 12 años logró su primera centena de puntos en una mesa, y hace más de una década, a los 17, fue el jugador más joven en disputar el Mundial. Llegó a él seis veces, pero siempre caía en primera ronda. Esta vez, de fiesta en fiesta, sin presionarse, su suerte cambió. En cuartos de final eliminó al maestro Ronnie O’Sullivan, campeón del mundo siete veces, la última el año pasado, y probablemente el jugador de snooker más famoso del planeta, quien se rindió a la clase de Brecel: “Es quizás el jugador de billar más talentoso que he visto nunca”. Brecel reconoció que la noche antes de empezar su duelo con O’Sullivan “estuve de clubs nocturnos hasta las siete de la madrugada. Sé que fue una preparación extraña pero, al final, funcionó”.
En semifinales, otra lección heterodoxa ante un talento precoz, el chino Si Jiahui, de solo 20 años. Brecel llegó a perder 14-5, a tres mesas de su eliminación, antes de iniciar una remontada sin precedentes para ganar 1715.
En la final, ante otro mito como Selby, al belga tampoco le tembló el pulso con un juego atrevido que funcionó hasta darle el título, el número 2 en el ranking mundial y una bolsa de casi medio millón de euros. Y todo, sin apenas entrenar
antes de ganar a ronnie o’sullivan en cuartos, salió a beber hasta las 7 de la madrugada