La coronación no coronada
Los asistentes al partido que la Real disputó la semana pasada en El Sadar y los televidentes del envite pudieron comprobar con qué cariño homenajeó la afición de Osasuna a los finalistas coperos de 2005. No fue un simple aplauso, no fue un tributo al uso, fue el sentido reconocimiento 18 años después a un equipo que les hizo soñar, cuyos jugadores volvieron a ser felices sobre el césped. Ahora se cumplen 20 años desde aquel inolvidable 2003 en el que la Real rozó el cielo del título de Liga con los dedos. A estas alturas, el equipo de Denoueix, Darko, Nihat, Alonso, De Pedro y compañía era colíder con el Depor. La afición txuri urdin levitaba con su juego, con sus victorias y con esa posibilidad de ser los mejores 20 años después. El Real Madrid de
Ronaldo ‘el fenómeno’ le arrebató la gloria en la jornada 37. Desde este humilde txoko se ha reclamado por activa y pasiva que esos futbolistas merecen que este Anoeta, ahora tan cálido y vanguardista, les vuelva a aplaudir, como a los rojillos finalistas en Iruñea. Y qué mejor ocasión que ésta, con el equipo en puertas de la Champions y en el año en el que se cumplen 20 de aquel sueño. Quedan dos oportunidades, los partidos ante Girona y Almería, porque en la última jornada, que será en horario unificado, no se permiten este tipo de festejos. Ahí hay capitanes como Aranzabal y Rekarte que no tienen la insignia de oro y brillantes e ídolos como
Kovacevic al que echaron por la puerta de atrás. Dos opciones para hacer justicia y reparar un error histórico. A
Darko aún no le han llamado. Un año más. Un año menos