Grito de guerra de Iraia en su despedida
Iraia Iparragirre se despidió ayer públicamente de la Real y del fútbol en la sala de prensa de Zubieta, tras anunciar la pasada semana su retirada al término de la presente temporada, a la que sólo le resta el partido del viernes, en Zubieta, ante el Real Madrid, donde podrá acabar vestida de corto. Todo apunta a que jugará, sea de inicio o de suplente, para disfrutar sobre el verde de sus últimos coletazos y ser ovacionada por la grada. El pasado sábado no jugó ante el Levante Las Planas.
La capitana lasartearra estuvo arropada por toda la plantilla realista, que le aplaudió a su entrada y a su salida. Iraia quiso también dejar su sello con el habitual grito de equipo, en plena sala. Con más emoción que nunca. Hubo lágrimas, abrazos, alegría y palabras de agradecimiento que provocaron que se le entrecortara la voz en algún momento. También una foto grupal que ilustró la relevancia de la capitana en el vestuario realista actual.
La ‘2’ realista remarcó el título de Copa como el gran momento de su carrera. “Tengo una foto con los brazos estirados celebrándola y es el no va más. Ese título supuso mucho”, afirmó.
Hora de dar el relevo
La zaguera realista fue clara en cuanto a los motivos de su marcha del fútbol, tras ocho años en la Real. “Veo que ha llegado el momento. Llevo tiempo reflexionando conmigo misma y a a pesar de que solamente tengo 27 años, creo que es momento de dejarlo. Siento que es el momento adecuado, aunque no sea nada fácil tomar la decisión”.
Quiso agradecer su apoyo a todas sus compañeras a lo largo de su carrera “y a la gente que hizo posible que llegara hasta aquí”. No fue un camino sencillo, pero reconoció haberse esforzado mucho para lograr sus metas, y se marcha con un título de Copa bajo el brazo. “Yo quería ser jugadora de al Real y he sido muy exigente conmigo misma para llegar hasta aquí”, dijo