El Olympiacos, a la final con diez minutos de furia
Tras una primera mitad desastrosa, remontó 12 puntos de desventaja y aniquiló al Mónaco en la segunda
Costaba de creer que todo el gran trabajo de Olympiacos durante la temporada se viniera abajo por la presión del momento y una primera mitad de nervios. Los griegos supieron sobreponerse a las dificultades para cumplir con los pronósticos y derrotar al AS Mónaco en la otra semifinal, 76-62, correspondiendo así al aliento incansable de una afición que conquistó el Zalgirio Arena.
La clave del triunfo de los de Bartzokas fue su transformación en el tercer cuarto. Entraron al mismo perdiendo de 12 y salieron ganando de 13 tras un parcial de 27-2 que les dio el partido.
Sólo un equipo había remontado 12 puntos al descanso en una semifinal de Euroliga hasta ahora: el Siena en la de 2012.
El MVP Sasha Vezenkov, con 19 puntos, y el capitán Kostas Papanikolau, con 15, dieron el impulso necesario a los de El Pireo para plantarse en la final mejorando ya la clasificación del pasado año. Los 17 puntos de Mike James no bastaron a Mónaco, que soñó con la sorpresa durante 20 minutos.
Los gritos de ánimo de la multitud griega en el Zalgirio se tornaron pronto en murmullos cuando, desde el inicio, los errores se fueron acumulando en las filas de Olympiacos. Fallos en bandejas claras, en triples y la mitad de los tiros libres sin meter evidenciaron que la presión podía con los de El Pireo en un arranque tenso.
Olympiacos no anotó su primera canasta de campo (Canaan) hasta pasados más de tres minutos y fue siempre a remolque (6-12) ante un Mónaco que había neutralizado el efecto del gigante Fall (gracias a Motiejunas) y se apoyó pronto una racha de Mike James para marcharse con 14-20 a favor en el primer parcial.
La entrada de McKissic parecía dar un primer estímulo a Olympiacos que con un triple del ex del
‘Granca’ y acciones de Vezenkov consiguió igualar en el inicio del segundo cuarto (22-22). Pero el juego de los de Bartzokas no tuvo continuidad. Lo que ganaban en defensa no lograban capitalizarlo en su raquítico ataque así que, en cuanto el Mónaco entró en una pequeña racha, pudo escaparse con ventaja máxima de hasta 12 puntos (29-41) tras tres tiros libres anotados por Mike James.
Quién sabe qué pasó en el vestuario griego al descanso, pero la transformación de Olympiacos fue total. A partir de un mate inicial de Vezenkov los helenos firmaron un parcial bestial de 27-2 para hacerse
suyo el partido y poner rumbo directo a la final.
Recuperaron el acierto en el tiro, la confianza, el juego fluido y las puertas atrás, pero también ahogaron al rival, que agotó en tres ocasiones la posesión y vio cómo la presión se la traspasaban. El 56-43 del marcador al minuto 30 era medio partido para los helenos. Ya tranquilosyconlasituacióncontrolada, contemporizaron en el último cuarto manteniendo a raya a su rival sin cometer estupideces: se trataba de no bajar la guardia en defensa, buscar canastas fáciles y evitar las del rival. La demostración de poder ya quedó clara
LAS FRASES Moustapha Fall “El entrenador estaba relajado al descanso. Nos dijo que todos diéramos el máximo y puso énfasis en la defensa. Trató de calmar al grupo y asegurarse de que todo el mundo iba a cumplir con su papel. Y funcionó”