Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Techo que se cierra, realidad que se abre

➔ La goleada del Real Madrid bajó de la nube a un Girona irreconoci­ble

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Llegar al Santiago Bernabéu jugándote el liderato y con la sirena de los servicios policiales a todo trapo no es algo que el Girona viva todos los días. De hecho, no lo había vivido nunca. El nubarrón de ilusión que el equipo catalán tuvo en su cielo durante toda la semana fue el mismo que le cegó al intentar despegar en el feudo madridista. No hubo cielo y, sin ello, difícilmen­te se despega.

El techo del remodelado Bernabéu se cerró para abrir una nueva realidad al Girona. Esta Liga, quizás, es demasiado grande para poder pelearla y esa falsa seguridad en las posesiones de los de Míchel condenó a los ‘gironins’ en la primera acción que gozó el equipo blanco con el trallazo de Vinicius.

No fue, ni mucho menos, el mejor partido que aquel equipo que tantas envidias ha despertado durante 23 jornadas. Pérdidas inusuales, faltas de atención y poca determinac­ión fue lo que mermó el partido del año para los ‘blanc-ivermells’. Porque tener el cuero está muy bien, pero al Girona le faltó divertirse con él, como hasta ahora había mostrado.

Probableme­nte, los hombres del técnico vallecano, tenían 700 motivos diferentes para hacer historia, uno por cada aficionado dispuesto a soñar. La realidad es que no fue el día; los focos, la repercusió­n y la tensión acabaron temblando como un flan.

Y con ello esta nueva realidad que se le avecina al Girona. Un panorama que quizás vino propiciado por el respetable, por la prensa o por los números, pero no por una plantilla que siempre quiso tener los pies en el suelo y que acabó cayendo en las redes de esa nueva dimensión que tenía perpleja al mundo entero.

Cada diana merengue penetró en el mayor de los orgullos, se notó a partir del tercer tanto, el segundo de un tal Jude Bellingham. El silencio en la grada visitante, pues, se adueñó de aquellos que aterrizaro­n a Chamartín escoltados por bufandas, banderas, pequeños y no tan pequeños.

¿Qué le hizo al Girona llegar con posibilida­des de salir líder en casa del Real Madrid? La personalid­ad. ¿Qué le faltó? Exactament­e lo mismo. A Míchel le dolió no estar en el área técnica para ‘oler’ las sensacione­s del jugador, pero tampoco le hizo falta bajar del palco, pues se notó en cada uno de ellos la frustració­n y la impotencia de no poder hacer nada frente a un equipo que sin ser dueño del juego se olvidó, una vez más, de perdonar en los últimos metros.

Así llegó la segunda derrota de la temporada para el Girona, muy dolorosa. Ahora, en frente, una realidad totalmente distinta. Nada de lideratos, nada de ‘Leicesters’, ni de creer en imposibles. La humildad y el respeto deberá mantenerse intacto para seguir soñando con la clasificac­ión para la Champions

Condenados por pérdidas inusuales, faltas de atención y poca determinac­ión

Humildad y respeto deberán mantenerse para seguir soñando con la Champions

 ?? FOTO: JA. SIRVENT ?? Los jugadores del Girona saludan a los aficionado­s ‘blanc i vermells’ desplazado­s hasta el Bernabéu
FOTO: JA. SIRVENT Los jugadores del Girona saludan a los aficionado­s ‘blanc i vermells’ desplazado­s hasta el Bernabéu

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