La afición realista también aportó color a una Vitoria txuri urdin
Inundaron del azul y blanco realista tanto la ciudad como el estadio pese al diluvio
Al mal tiempo, buena cara. Y si es con una victoria de la Real en un derbi, más aún. El Domingo de Resurrección fue pasado por agua en Gasteiz, pero la lluvia no pudo ni con el ambiente previo al derbi entre el Alavés y la Real en Mendizorroza ni con las ganas de fútbol tras dos semanas sin él, ni con la pasión de ambas aficiones durante el encuentro. La realista, que tuvo muchos más de los 350 soldados ‘oficiales’ de la grada visitante, apretó desde el primer momento y fue la que terminó celebrando y disfrutando más.
Desde media mañana se pudo ver a muchos aficionados realistas por las calles más céntricas de la capital alavesa y entre ellos un txuri urdin gasteiztarra ilustre como Peio Uralde, o la mismísima Elene Viles, futbolista de la Real Sociedad femenina, actualmente lesionada. Ambos llevaban la bufanda txuri urdin al cuello con el identificativo escudo realista, clave en un duelo entre el color txuri urdin y el albiazul. La lluvia fue incesante en Gasteiz desde la mañana, pero el gris se intercalaba con el blanco y azul de las bufandas, los gorros y las camisetas de los seguidores de ambos equipos. Una familia de Oviedo de la Real había quedado con otra de Gasteiz, también de la Real. La parroquia txuri urdin no tiene fronteras.
Había tantas ganas en los realzales como fueron los primeros en llegar también a los alrededores del estadio Mendizorrotza, antes incluso que los alavesistas. De ahí que hicieran más ruido dentro del estadio cuando salió a calentar la Real que el resto cuando salió el Alavés.
Las bufandas realistas se veían por todos lados y cuando Oyarzabal marcó el gol en fuera de juego, miles de personas se levantaron para celebrar. Efectivamente había miles de realistas que ayudaron al ‘sold out’ de un Mendizorrotza
con 18.572 almas.
El ambiente fue magnífico entre aficiones, pese al enfado de los locales en el tramo final por alguna falta no señalada o un disparo de Oyarzabal en claro fuera de juego. El grupo ultra local ‘Iraultza’ se animó desde el primer momento a cantar el ‘Txoria txori’ y también recordó a Aitor Zabaleta, con un cántico al que se unió todo el estadio, que luego aplaudió de forma respetuosa.
Sólo la lesión de Kubo en el 41’ y, sobre todo, el diluvio tremendo apagaron los ánimos durante un momento. Incluso provocó algunas carreras de los aficionados en las primeras filas hacia arriba.
Los albiazules no pararon de animar y los realistas de disfrutar, con el característico ‘Dale Cavese’, que no se quedó en la grada visitante, sino que se extendió a muchas zonas del estadio
La Real contó con miles de aficionados en el estadio de Mendizorrotza