El 33 de Marc ya luce en lo alto
Los Grizzlies retiraron el dorsal del pívot español en reconocimiento a sus méritos deportivos y su implicación con la ciudad de Memphis
Vio subir su ’33’ al cielo de Memphis a marcha lenta y solemne con ráfagas de una densa fumata blanca entre el rugir de miles de enloquecidos fans grizzlies, abrazado a su mujer y sus hijos. Pero, al contrario que Pau, bañado en llantos el año anterior en Los Ángeles, Marc Gasol no se emocionó sino que apenas se inmutó, rostro impertérrito, apenas una sonrisa de protocolo.
Marc es un tipo duro y con su entereza hasta en tan conmovedor instante fue fiel a esa cultura de tipos peleones con el grito de guerra del “grit and grind” que fundó y cultivó en Memphis entre 2008 y 2019 para dar paso a esos Grizzlies tercos y peleones, pegajosos y hasta pesados a los que era una odisea enfrentar. Esa pandilla liderada por el mediano de los Gasol, con Mike Conley, Zach Randolph y Tony Allen como guardaespaldas, que ningún rival quería ver ni en pintura. Podían ser menos talentosos, pero los demás iban a tener que pegarles duro.
“Cuando jugaba contra Marc sabía que iba a ser una noche dura”, reconocía Pau Gasol, sudando algo como si estuviera viviendo aquellos intensos duelos, antes de que hablara su hermano, con el que tanto se picaba jugando a basket de pequeño.
“He sacado dos conclusiones tras ver el documental”, decía Marc tomando la palabra antes de ver su dorsal elevarse en referencia al extenso y emotivo documental de los Grizzlies, que le rindieron honores a su leyenda tras el partido contra los Sixers, con victoria para Philly y sin la participación de Santi Aldama por lesión (96-116).
El de Sant Boi, tan a su manera, iba a hacer un parlamento fuera de los cánones tras compartir unos minutos de charla con los otros integrantes del Big 4 de Memphis, Conley, Randolph y Allen, tan felices los cuatro rememorando batallitas.
“La primera es que tengo que hacer ejercicio. Vamos, muévete”, dijo primero riéndose el pívot. “Pido perdón a mis compañeros y entrenadores por ser alguna veces un grano en el culo, la ciudad me importaba mucho. Gracias por aguantarme”, agregó Marc, que apretaba mucho para que todos estuvieran alineados con sus estándares de competitividad.
Marc Gasol cambió el rumbo de la franquicia e implantó una identidad enseñándole a ganar, descubriendo a la ciudad un mundo desconocido, siete clasificaciones seguidas para playoffs entre 2010 y 2017 –el doble que en los 15 años de vida anteriores– y primeras veces pasando de primera ronda con las Finales de Conferencia de 2013 como cénit. Poseedor también el catalán de récords como el de más minutos jugados de los Grizzlies, el de rebotes y un puñado más.
Marc se despojó pronto de la pesada etiqueta de “hermano pequeño de Pau” y aquellos Grizzlies despegaron desde esa defensa que las reglas no permiten hoy lucir tanto, con el premio a Defensor del Año de 2013 como emblema de aquel estilo. Marc fue el primer europeo en ganar tal galardón