Un hombre sencillo
Los mejores futbolistas son los que, dentro y fuera del campo, hacen fácil lo difícil. André Gomes responde a ese perfil de sencillez y modestia que ha hecho eterno al Barça de Messi e Iniesta
Si lo excepcional de Leo Messi es que es excepcionalmente natural, lo extraordinario de Andrés Iniesta es que es extraordinariamente normal. André Gomes tiene ese perfil de inhabitual sencillez. El presidente
Bartomeu le presentó como un crack de categoría mundial. Él, en cambio, se mostró como un aprendiz. Modesto, aunque aventajado, alumno de estrellas rutilantes a las que espera seguir su estela. Un chaval de 22 años, esta semana 23, que cumple el sueño de su vida y de la vida de su familia. Un entorno al que se aferra y que resulta impermeable a la constantes tentaciones exhibicionistas del fútbol de máximo nivel. La familia Gomes, que ayer le acompañaba en su première blaugrana, sigue viviendo en las afueras de Oporto en el mismo piso donde vivía cuando André no era nadie. Nada más ganar la Eurocopa, en vez de irse por ejemplo a las Maldivas a lucir palmito - que lo tiene - , el campeón reunió a toda su familia - 45 comensales, incluyendo abuelos, tíos, primos... - y se los llevó a comer para celebrarlo juntos. Como hacen siempre en la comida de Navidad. Nada de excentricidades al uso de las megafiguras del fútbol. En su cuenta de Instagram sólo encontraremos fotografías normales de gente normal. La familia, sus amigos, sus perros. Ninguna ‘bacalá’, ninguna salida de tono. Como su rueda de prensa de ayer. Una comparecencia marcada por la modestia en cada intervención. Ha venido para trabajar, ayudar y jugar lo mejor posible cuando le pongan y donde le pongan. Vedetismo cero. Un punto a su favor. Pensando lo que dice y diciendo lo que piensa porque, quienes mejor le conocen, confirman que el Barcelona ha sido siempre su destino predilecto. Primero como ilusión y luego, cuando Robert, Soler, Sanllehí y compañía entraron en escena, como cuestión innegociable.
Muy sutilmente, sin entrar en detalles, explicó que su suerte ha sido poder elegir. Y pudiendo elegir, aseguró que no podía dudar: el Barça. Una apuesta, un compromiso personal y un máster de formación en la universidad del fútbol que mejor se adecúa a sus características. Y le va a costar una pasta jugar en el Camp Nou pudiendo haberlo hecho en el Manchester United de Mourinho, con su fútbol exquisito y su inglés sobresaliente, o en el Madrid de Zidaneysu paisano Cristiano. Esas ofertas eran mejores. La urgencia no es ganar más dinero sino aprender más. Ganar más títulos. Títulos colectivos. En los individuales ahora ni piensa.
Y es que en el trato con el Valencia se contempla que el Barça pague un bonus de 3 millones cada vez que André entre en el podio del ‘Balón de Oro’ y algo más de 7 si sube a lo más alto. Entre una y otra cosa, hasta a un máximo de 15 millones que se sumarían a los 35 fijos y 20 variables pactados por rendimiento particular y de equipo. Pero eso, lo del ‘Balón de Oro’, lo despejó rápido. Y con elegancia. Nada de patadones. Fue una reflexión acorde con la modesta personalidad apuntada. Con el respeto que debe tenerse a compañeros como los que se va a encontrar a partir del día 8. En especial a uno de ellos: “No conozco a nadie que no se entusiasme con el juego de Iniesta y, sin embargo, Andrés no tiene el ‘Balón de Oro’. Perfecto final para un inmejorable principio