El espejo de los más jóvenes
Aritz Elustondo y Mikel Oyarzabal asumen que son el ejemplo a seguir por todos los canteranos
urdin cumplen su primera campaña como miembros de pleno derecho del primer equipo: “Es un sueño hecho realidad. Desde pequeño mi sueño era pertenecer al primer equipo de la Real. Lo he conseguido y estoy muy contento”, reconoce sin tapujos Aritz. Mikel habla en parecidos términos: “El año pasado íbamos de arriba para abajo, sin estar fijos, pero este año estamos aquí y es un sueño hecho realidad”.
Asumen con naturalidad y les encanta ser ahora el modelo a seguir por tantos chavales soñadores como ellos ‘hasta anteayer’: “Eso es bueno para el club. Nosotros también teníamos nuestros ídolos cuando éramos pequeños. Y el hecho de ver a jugadores del Sanse pasar al primer equipo o sólo debutar te daba una razón más para seguir”, relata un reflexivo Oyarzabal. “Yo encantado de que me haya pasado a mí y espero que la cantera siga dando los resultados que ha dado hasta ahora”, añade. Elustondo es un enamorado de su equipo y de su filosofía y por eso sostiene que “igual ahora Mikel y yo somos el ejemplo, pero todos los años o casi todos hay alguna buena noticia relacionada con la filosofía de la Real y seguirá habiéndolas. Cuantos más canteranos, mejor”.
Los nuevos ‘15’ y ‘18’
Al beasaindarra se le han caído 15 dorsales de golpe, ha pasado del ‘30’ al ‘15’. Y al de Eibar, 10, del ‘28’ al ‘18’. “Es provisional, pero espero quedármelo”, dice Aritz. “Era el que más me gustaba entre los que había, pero no me importa el numero, más el fin de semana”, apostilla Mikel.
Son jóvenes, canteranos y además ambos mantienen la cabeza fría a pesar de lo que les está sucediendo. Oyarzabal ha pasado en apenas 15 meses de jugar en el juvenil a ser algo así como la estrella del primer equipo, condición que no acepta cuando se le sugiere: “Me ha ido todo muy rápido. De un año a otro me han cambiado mucho las cosas. Yo sólo espero que esto sea el inicio de algo bonito y largo aquí en la Real. Y me lo tomo con tranquilidad”. Transmitirla, la transmite, desde luego.
Oyarzabal ha ido interiorizando un proceso meteórico que habría hecho enloquecer a cualquier otro chaval menos centrado. Reconoce que “me costaba creerme que jugaba en el primer equipo, pero vas entrando y te haces a la idea de que es verdad lo que vas consiguiendo”.
De momento, todo han sido loas, porque se las ha ganado, pero está preparado para lo que venga: “Lo que un día es un halago al siguiente son críticas. Bienvenidos los halagos y, cuando vengan las críticas, trataré de aprender de ellas también”, dice.
La ascensión ha sido más progresiva, pero igual de firme. Él mismo desbroza su camino: “Hace dos años ya jugué cuatro partidos y el año pasado tuve la suerte de contar mucho al principio, pero dejé de jugar y me bajaron al Sanse. Eusebio me dio continuidad y confianza, que me vinieron muy bien para asentarme en el primer equipo”.
Lógicamente no es el mismo Aritz que debutó el 17 de diciembre de 2014 con Moyes: “Coges minutos, coges confianza, todos te ayudan y las cosas van saliendo bien y uno se siente más a gusto y contento en el campo y fuera de él”.
Estos dos canteranos son la esperanza en el futuro, la confirmación de que algo sí que funciona en la Real
Ambos comparten que: “Estar aquí, en el primer equipo, es un sueño hecho realidad” Oyarzabal: “Ver a uno del Sanse pasar a la Real te daba una razón para seguir”