El amigo de la noche
El incidente que ha vivido Neymar en Brasil por su afición a la fiesta no es nada nuevo en Barcelona. Aquí Romario vivió mil episodios
“Hace 18 años que juego al fútbol y la noche siempre ha sido amiga mía. El día que el presidente vino a ficharme le comenté que la noche me encanta y que cuando no salgo, no marco. El día del Palmeiras salí por la noche, llegué a las siete de mañana al hotel luego, marqué tres goles. Desde entonces no he vuelto a salir más y los goles no llegan, así que habrá que empezar a salir por las noches. Salí el jueves, saldré hoy y la próxima semana creo que haré igual. Y a quien no le guste...”.
El que habla, el que hablaba así, era Romario en octubre de 1997, siendo jugador del Valencia. El equipo no iba bien, el presidente PacoRoigs es ubíaporl aspare des y unas declaraciones suyas (“Los futbolistas que se dediquen a la ‘dolce vita’, tendrán que buscarse equipo”) encontraron respuesta en el astro brasileño. Nada nuevo. Cuando jugaba en el Barça’93 - y quien no haya visto jugar a Romario en el Barça nunca podrá decir que lo ha visto todo - se las tuvo con el mismísimo Cruyff por lo mismo. Por trasnochar. Cuando se lo reprochó, el jugador le contestó: “¿Qué pasa? ¿Eres mi padre?”. Y en cierta ocasión, la única vez que llegó tarde a entrenar, Johan le sancionó por el retraso. El siguiente rival era el Atlético de Madrid. Johan habló con Romario y le dijo que le levantaría el castigo si metía tres goles. En menos de media hora, Romario metió los tres. Asunto resuelto. Como cuando en febrero el crack le pidió dos días libres más que el resto del equipo para irse a los Carnavales. Johan volvió a cambiar cromos: “Metes dos goles y puedes irte”. Y sí, los metió.
Estos días en Brasil se ha montado una gorda por algo muy parecido. Por la afición de Neymar a vivir la noche. Una pregunta con tono agrio, una respuesta más amarga y otro amigo confeso de la noche en las portadas de los periódicos. A estos chicos hay que saber llevarlos. Y quien dice llevarlos, dice controlarlos. Se les puede entender, se les puede guiar, pero tienen que saber quien manda. El llorado Cruyff lo explicó en una nueva de prensa de la época cuando le preguntaron por la vida nocturna de Romario: “Mientras meta goles, que haga lo que quiera. Pero si deja de meterlos...”. Romario apenas estuvo año y medio en el Barça. Era un fenómeno: un genio. Lo nunca visto en el campo y en la calle. Un artista. No bebía, no fumaba y salía tanto que tuvo que irse de todos los sitios