De Fuentealbilla al mundo
La Bodega Iniesta exporta ya a 30 países manteniendo la esencia de una empresa familiar
A medida que Andrés Iniesta fue creciendo profesionalmente, tanto en el FC Barcelona como en la selección española, su pueblo, Fuentealbilla, se fue colocando en el mapa para cientos de miles de aficionados en el mundo que lo desconocían hasta el momento. En este sentido, la evolución de la Bodega Iniesta ha seguido la línea de la carrera del futbolista, y actualmente es conocida mundialmente por sus productos.
Surgió sin hacer ruido, hace unos 15 años, como un pequeño proyecto encabezado por José Antonio Iniesta, padre de Andrés y alma de la bodega, que al heredar unos terrenos en la zona decidió plantar unos viñedos. La familia Iniesta quería con aquella iniciativa invertir en su tierra y hacer una finca que tenga su importancia. Es entonces cuando, con la aportación del ingeniero Agustín Lozano, desarrollan un proyecto vitícola para que la finca pudiera constar de las mejores instalaciones y que años después naciera la bodega. Así lo explica a MD el propio Lozano, actualmente directorgerente de la Bodega Iniesta. Un camino que vio la luz en 2010, cuando se empezaron a elaborar los primeros vinos, bajo la Denominación de Origen Manchuela. Una marca, la de Manchuela, que ha crecido en ventas un 50% desde que nació Bodega Iniesta en 2010. “La imagen de Andrés ha ayudado a la zona a darse a conocer, a crecer en ventas y a ubicarse en el mapa”, explica Lozano.
Una gran familia
El nacimiento de la Bodega Iniesta trajo consigo la activación de la economía de la zona y dio empleo a 50 trabajadores de forma directa y más de 100 de indirectos.
“Desde las compañeras de administración, pasando por los técnicos en bodega, los enólogos o la responsable de sistemas de alta calidad, formamos todos un proyecto muy humano en el que somos todos importantes y nos convierte en una familia”, explica a MD Raproyecto fael Marcos, director de relaciones institucionales de la Bodega Iniesta.
Variedad de marcas
En ese día a día de la Bodega han ido surgiendo varias marcas. Desde Corazón Loco hasta la última, Corazón Spumante, que fue presentada el jueves con la presencia del propio Andrés. Se trata de un vino espumoso resultado de un en el que se han conjugado las variedades de la bodega con la experiencia de enólogos internacionales de la talla de Nicola Tucci y Andrea Boaretti.
La producción de la Bodega Iniesta ha alcanzado una proyección internacional de tal calado que actualmente exportan un total del 60% de su producción a más de 30 países, habiendo alcanzado ya el millón de botellas vendidas desde su nacimiento, una cifra considerable teniendo en cuenta que se trata de una empresa familiar. Todo ello en 200 hectáreas de viñedos en los que se encuentran 14 variedades de uva. La Bodega, por su parte, cuenta con 65.000 metros cuadrados.
Presencia en los premios
Más allá del crecimiento y de la evolución, el trabajo de la Bodega Iniesta está teniendo su reconocimiento al estar presente en los grandes premios internacionales. Una de sus joyas, el ‘Hechicero’, cuenta con una Gran Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Bruselas. “La presencia y el reconocimiento en todos los concursos de prestigio a nivel mundial son los frutos a nuestro trabajo”, explica Lozano.
A pesar de ello la idea de la marca está más en perfeccionar el producto
Desde su nacimiento ha logrado impulsar la D.O. Manchuela y dar a conocer el territorio Ha activado la economía de la zona dando empleo a más de 150 trabajadores
y la calidad que no en la expansión. “Estamos llegando a niveles óptimos de ventas y ahora nos queremos centrar más en mejorar el producto”, aseguran.
Apuesta por el enoturismo
Sin perder de vista la producción de vino, que es el principal motor de la Bodega Iniesta, la evolución del mercado y la irrupción de nuevas propuestas ha hecho que la familia y los responsables del proyecto se hayan adaptado a ofrecer a nuevos servicios. Uno de ellos es el enoturismo. Se han habilitado tres casas rurales al lado de la bodega en la que se puede acudir a pasar unos días y acompañar la estancia con visitas a las bodegas y los viñedos, así como degustaciones de la gastronomía y, cómo no, de los vinos.
La implicación y la dedicación tanto de la familia Iniesta, como de Andrés -cuando su profesión se lo permite-, han conseguido crear una marca que no cierra las puertas a nadie: “Nos gustaría que la gente joven se introduzca en la cultura del vino”, concluye Rafael Marcos