Lucho se lleva la pizarra a casa
El Barça ya ha marcado cuatro goles en jugada de estrategia esta temporada y tres de ellos han salido del famoso córner indirecto azulgrana
Si en alguna disciplina el Barça ha mejorado notablemente desde la llegada de Luis Enrique al Camp Nou ha sido en la efectividad a balón parado. Los azulgrana no solo se han convertido en uno de los equipos que menos encaja en jugadas de estrategia, sino que también es, a día de hoy, un peligro evidente a balón parado.
Las épocas de Guardiola en las que el Barça prefería tener otra posesión a colgar un balón al área terminaron hace tiempo. Esta temporada está siendo una demostración de cómo el FC Barcelona ha sufrido una mejora exponencial tal que ya suma cuatro goles a balón parado desde el inicio de este curso, en el que solo se han disputado seis encuentros. Lo llamativo de esto no solo es la cifra, sino cómo se han dado. Tres de estos cuatro tantos no han llegado de simples córners centrados al área, sino de saques en corto desde la esquina.
El primero de todos estos goles casualmente llegó en la única derrota de la presente temporada contra el Alavés. Matheiu, con un certero remate de cabeza, fue el autor del primer tanto desde la esquina del Barça. A este gol, le sucedieron el resto. Justamente después de la dura y frustrante derrota contra los vascos, los de Luis Enrique se desquitaron con una goleada, exhibición incluida, ante el Celtic de Glasgow en el debut de Champions League (7-0).
Messi fue el encargado de abrir el marcador en una jugada de saque de esquina indirecto. Neymar jugó para Jordi Alba en corto, que repitió a su vez con el brasileño para que este filtrara un pase entre líneas que dejara solo al argentino. El Barça aprovecha en estas situaciones que la defensa esta saliendo para, con desmarques de ruptura, conseguir una ventaja que permita generar una jugada de peligro. En el mismo partido se cerró el marcador con un tanto similar. Neymar jugó en corto con Messi, el argentino fuera para Iniesta, que le devolvió una pared para que el actual Balón de Oro le sirviera un pase de la muerta a Luis Suárez, con toda la defensa superada. La última muestra de esta mejoría ofensiva en la estrategia se vio precisamente ante el Atlético de Madrid, uno de los equipos que mejor se defiende en el juego aéreo. De nuevo Neymar, lanzador estipulado desde la esquina, jugó con Iniesta para que este lanzara un centro medido a la cabeza de Rakitic que, de nuevo entrando desde segunda línea, batió a Oblak libre de marca. Gran mérito tanto de Luis Enrique como de Unzué, encargado del juego a balón parado, que desde su llegada han logrado que el FC Barcelona sea un equipo total que domine todos los aspectos, incluida la estrategia, algo que parecía ya olvidado