¿Por qué no se calla?
El FC Barcelona es un club admirado y reconocido en el mundo por incontables argumentos. Los más populares, y de más peso, son Leo
Messi y un estilo de fútbol único que divierte y gana. Pero hay muchos otros ámbitos en los que el Barça es referencia. Uno, por ejemplo, son sus servicios médicos, que no solo cuidan de sus profesionales sino que además reciben con frecuencia a deportistas de todos los rincones del planeta que buscan un diagnóstico fiable o un tratamiento eficaz.
En los últimos días, su prestigio ha quedado injustamente manchado por las desafortunadas declaraciones de un técnico desagradecido e irrespetuoso no solo con ellos sino también con el Barça y Messi .En apenas un mes que lleva al frente de la selección argentina, Edgardo
Bauza ya ha dejado tres ‘rajadas’ para la historia. Hace unas semanas, apuntó que Leo Messi acudió a la anterior convocatoria de la albiceleste pese a que los doctores del Barça le aconsejaron lo contrario. Y anteayer no solo dudó del alcance de la rotura en el adductor Messi sufrió frente al Atlético sino que además se permitió el lujo de asegurar que en el Camp Nou no cuidan bien al crack.
Bauza matizó ayer su calentón y afirmó en Catalunya Ràdio que el Barça sí trata correctamente a
Messi. Y la AFA se puso en contacto con la directiva azulgrana para lamentar lo ocurrido. El doble gesto se valora y se agradece, pero el daño al Barça y a sus servicios médicos ya está hecho, porque como suele ocurrir la trascendencia de las disculpas fue notablemente inferior a la de las acusaciones, a nivel mundial.
Bauza debería besar por donde pisan Messi y el Barça. Leo recapacitó y regresó a la albiceleste sin estar en perfecto estado, consciente de la trascendencia del duelo ante Uruguay, que ganó él solito. Y el club paga al jugador para que después le llegue castigado a un Clásico por un doble compromiso con su selección. Y para que encima deba aguantar las críticas de su seleccionador. Lo que faltaba
Bauza matizó su calentón y la AFA se disculpó, pero el daño al Barça ya está hecho