No hay otro Messi
Leo no tiene recambio. Nadie puede ‘hacer de Messi’ y se acusará su baja. Lógico. Siendo el mejor jugador del mundo, esa ausencia tiene que notarse
“El Barcelona nos pide que cuidemos a Messi, pero ellos mucho no lo cuidan. Él siempre quiere jugar todos los partidos y no quiere que lo saquen pero para eso están los médicos y el director técnico, para evaluar”.
Edgardo Bauza perdió el control de la lengua en Fox Sports hasta tal punto que la planta noble del Barça se acostó el jueves esperando que la AFA hiciera público un comunicado oficial pidiendo disculpas al FC Barcelona por las desafortunadísimas palabras del seleccionador argentino, disculpa que al final llegó ayer viernes. Se puede entender y se entiende que la lesión de Leo afecte al técnico albiceleste pero no se puede entender ni se entiende que le lleve a la chaladura.
Desde que Leo era niño, un niño pequeño, nadie le ha cuidado como le cuida el Barça, ni nadie le cuidará como el Barça. Y lo dejaremos aquí, sin entrar en más detalles, para no meter el dedo en la evidente cicatriz que ha dejado la herida por la diferencia de trato que ha tenido aquí y allí. Sólo un apunte: en el Barcelona nunca se ha dudado del desinteresado y absoluto compromiso de Leo con su país. Jamás. Que duela su baja para los partidos contra Perú y Paraguay se comprende, como se asume que no juegue con el Barça en Gijón, en Monchengladbach ante el Borussia o en Vigo contra el Celta. Y Luis Enrique, como Bauza, tampoco tiene sustituto para él porque no lo hay. Es insustituible aunque, eso sí, tendrá recambio. Hoy, en El Molinón, saldrán once pero ninguno será Messi. Ni ninguno hará lo que hace él.
Y es que esa es otra. Ni Neymar ,ni Suárez, Iniesta ni nadie puede ‘hacer de Messi’. Ellos y otros, desde luego, son capaces de hacer otras muchas y maravillosas cosas de las que deciden los partidos, pero la aportación de Leo - incluido el nivel de intimidación al rival - es tan inmensa en todas las facetas del juego, que su baja sólo puede minimizarse a partir de la aportación colectiva. Leo no es un detalle. Es el resumen de todo.
No se trata, pues, de que sus huérfanos compañeros de Tridente tiren del carro. Se trata de que el equipo haga algo más porque sin Messi todo es más difícil. Y, como sabemos que el grupo tiene la calidad suficiente para responder a la exigencia, el barcelonismo debería estar tranquilo. El problema sería que la ausencia del mejor jugador del mundo no se notara. Eso sí que sería un drama