Diez años como bicampeón
La segunda corona de Fernando Alonso en el Mundial de Fórmula 1 cumple hoy una década
Después de convertirse en 2005 en el 28º piloto en escribir con letras de oro su nombre en la exclusiva lista reservada para los campeones del mundo de Fórmula 1, Fernando Alonso afrontaba la temporada 2006 con el difícil reto de confirmar su supremacía.
Lo hacía, ya no solo compitiendo contra sí mismo, sino haciéndolo también contra un Michael Schumacher enrabietado después de que el ‘Nano’ hubiese cortado de raíz la racha de cinco titulos consecutivos del ‘Kaiser’, pero Alonso supo manejar la presión y, a pesar de que por momentos de aquel curso parecía que se le escaparía el triunfo final, lo acabó certificando el 22 de octubre de aquel 2006 en la carrera en la que se bajó el telón de aquel campeonato.
Fue en Interlagos, escenario del Gran Premio de Brasil, con el que Fernando Alonso mantiene una cuanto menos curiosa relación. Por una parte, es su circuito fetiche teniendo en cuenta que allí ha desempolvado su grito de campeón del mundo en las dos ocasiones que ha alcanzado el cetro en la F1. Pero por otra, y a pesar de acumular ocho presencias en su podio, también se trata del lugar en el que más veces ha corrido (un total de 14) sin haber logrado la victoria.
En la ocasión que nos ocupa, el ritmo endiablado de los Ferrari lo evitó, pero Alonso tampoco necesitó ganar para cumplir con su cometido. El triunfo fue para Felipe Massa, un tercero en discordia que nada tenía que decir en cuanto a la lucha por el Mundial, mientras que Michael Schumacher, el verdadero rival del asturiano, tan solo pudo ser cuarto. El piloto más laureado de la historia de la F1 realizó una gran carrera, y aunque lastrado por un pinchazo en la novena vuelta que le mandó hasta las últimas posiciones, murió de pie, como los grandes campeones.
Antes de llegar a la cita de Brasil, la temporada había sido una especie de campeonato partido en dos, con dominio abrumador de Alonso es su primera mitad, y reacción de Schumacher en la segunda, hacia una remontada que nunca llegó a completarse.
Alonso venció en seis de las nueve primeras citas y fue segundo en las tres restantes. Pero tres triunfos consecutivos (Estados Unidos, Francia y Alemania) hicieron que ‘Schumi’ creyese de nuevo, aunque no logró presionar tanto al piloto asturiano como para que los nervios le apartasen del título.
En definitiva, con el “¡Bravissimo!” que espetó Flavio Briatore por la radio de Renault aquel 22 de octubre de 2006, se cerró el círculo de la ‘era Alonso’.
Una década de sequía
Tras esto, el piloto asturiano emprendió su rumbo hacia McLaren. En dicha escudería se reencontró con los colores que decoraban su kart cuando era un chiquillo, pero, lejos de prolongar sus éxitos, vivió una amarga experiencia a modo de rivalidad interna con el debutante en aquel 2007 Lewis Hamilton, calificada entonces como “feroz” por el propio Ron Dennis.
Desde ese momento, los intentos de Fernando Alonso por conseguir una tercera corona han fracasado año tras año. Tras un solo curso en McLaren, regresó a Renault, pero la marca del rombo ya no estaba preparada para luchar por el Mundial como lo había estado años atrás, y más tarde, desembarcó en Ferrari, donde sí acarició (pero no logró) el campeonato en 2010 y 2012, temporadas en las que sólo un Red Bull casi perfecto de Sebastian Vettel lo evitó.
En la actualidad, Fernando Alonso se encuentra muy lejos de los primeros puestos de la parrilla, limitado por un McLaren-Honda al que, atendiendo a su rendimiento, todavía le faltan muchos tornillos por apretar para que sea realmente competitivo.
El asturiano, sin embargo, asegura que en 2017 la intención de los de Woking es volver a luchar por el título. Los más reticentes recelan de dicha previsión, pero otros, continúan confiando en las manos de Alonso, cuya calidad está fuera de toda duda en el paddock, más allá de que las herramientas que le dan no sirvan para pulir el anhelado tercer trofeo de campeón mundial