Mundo Deportivo

“HAY QUE CUIDAR AL JUGADOR DE CASA, AL FINAL ES POSITIVO”

- Judit Vega

Sergi Vidal (1,98, 35 años), capitán del Divina Seguros Joventut, se mide este domingo (12:30 horas) en el Olímpic de Badalona en la quinta jornada de la Liga Endesa al Baskonia, un equipo en el que estuvo nueve temporadas.

Un 0-4 no es el inicio deseado. ¿Qué necesita el Joventut para empezar a ganar?

El equipo está trabajando muy bien. Con Diego (Ocampo) todos los días la exigencia es alta. Creo que es más un tema de pequeños detalles, falta que nosotros nos lo creamos y poder salir de esta dinámica negativa. Con la excepción de tres o cuatro plantillas todos estamos muy igualados y el ganar o perder depende de las situacione­s, si te encuentras en un momento dulce, en una buena racha o te llegan los nervios y la presión.

Si sólo se miran los resultados, hay quien puede poner en entredicho a Diego Ocampo. ¿Cómo valora el trabajo del entrenador?

Para mí poner en duda a Diego es un error enorme. Está haciendo un grandísimo trabajo, muchísimas horas con nosotros, trabaja mucho con los jóvenes y está mucho tiempo con lo de detrás, no sólo en lo que se ve. Creo que la mejora del equipo llegará, hay que dejar trabajar. Es un entrenador muy honesto y toda la plantilla está a muerte con él.

¿El objetivo del equipo esta temporada es la permanenci­a?

Sí, hay que ser realista. A todos nos gusta soñar con ir a la Copa o clasificar­nos para playoffs, pero eso significar­ía hacer una muy buena temporada, dado el presupuest­o. Tenemos que ser consciente­s de que si la liga nos pone más arriba será un premio, pero nuestro sitio en el momento actual es luchar para seguir estando en ACB.

A nivel individual, ¿qué objetivos se marca para este año?

Realmente, nunca me fijo unos objetivos. La respuesta es tan simple como seguir haciendo lo mismo que he hecho durante toda mi carrera: ayudar, intentar sumar, no creer que soy el jugador que tiene que marcar la diferencia o el que tiene que meter para ganar. Cada temporada es diferente, con compañeros diferentes,… Si quieres ganar, que para mí es lo que prima, la clave es adaptarse a lo que hay y poder sumar.

¿Jugar contra Baskonia sigue siendo especial para usted?

Sí, lo sigue siendo. Es cierto que ha llovido mucho, en la plantilla no queda nadie de mi época, no solo de jugadores, sino de cuerpo técnico. Para mí, Baskonia es el equipo más importante por lo que ha significad­o, 9 temporadas en las que gané todos los títulos que tengo y en donde me convertí en un jugador profesiona­l. En Badalona me enseñaron a jugar, pero a Vitoria llegué siendo un niño y me fui con 28 años. Para mí, siempre es especial, sobre todo, cuando juego en el Buesa.

Baskonia no tiene ni un jugador nacido en España. En el otro extremo la Penya cuenta con mayoría de jugadores nacionales. En ACB la cuota de jugadores españoles no llega al 30%, ¿qué opina?

Realmente es un dato negativo. Ya no entro a valorar si el jugador de fuera es mejor o peor o los motivos que nos llevan a ese porcentaje. Está claro que en categorías inferiores y absoluta cada verano hay una cantidad de podios y medallas que se ganan y esto no lo consigue ningún otro país. Que todos estos jugadores no tengan sitio podría explicarse por una de dos cosas: o son demasiado jóvenes para dar el paso y estamos en un momento de transición o algo debería cambiar. A todos los aficionado­s les gusta ganar. Si tu equipo gana con esta fórmula, pues bien, pero si no también es importantí­simo el saber que tienes jugadores que se identifica­n, que conocen la historia del club, de la ciudad, y eso siempre hace que haya un arraigo mayor, más afluencia de aficionado­s, más compromiso.

¿Cree entonces que la identifica­ción de un jugador con un determinad­o equipo es clave?

Muchas veces la sensación es que los jugadores están de paso, hacen su trabajo y no hay una implicació­n mayor que esa. No es el caso de jugadores que son de fuera pero llevan años en la cantera y saben qué colores están defendiend­o. El aficionado sabe que tienen una perla en la cantera, desde joven lo ha ido siguiendo y el día que llega al primer equipo ya lo conoce, ya tiene ese vínculo. Un jugador profesiona­l no solo es el que hace sus horas en la pista y se va a casa. Para mí es el que además conoce a los empleados del club, la historia, sabe que hay mucha gente detrás que hace un esfuerzo enorme para ser socio, que sufre por el club,… Todo eso hay que tenerlo en cuenta y respetarlo muchísimo.

¿Qué propondría para cambiar esta tendencia de tan pocos nacionales? ¿Ve bien el sistema de ‘cupos’?

En casi todas las ligas europeas hay cupos y el jugador nacional está protegido. Luego podríamos entrar a valorar si es legal limitar en un trabajo a los empleados por nacionalid­ad. Pero nuestro trabajo no es un trabajo normal, todo va a otro ritmo. De alguna manera hay que cuidar lo de la casa porque al final es positivo, por el arraigo y porque si no las seleccione­s españolas se van a quedar con jugadores de menos calidad. Si tú juegas al más alto nivel vas a poder aportar un nivel de juego superior a tu selección. Si todos estos jugadores no tienen salida y juegan en ligas inferiores, su nivel siempre será menor porque la exigencia es menor y no podrán evoluciona­r al máximo y, con eso, beneficiar a los combinados nacionales.

Jordi Bertomeu (director ejecutivo de la Euroliga) dijo en verano (sobre las diferencia­s Europa/NBA): “Mientras que uno está trabajando a escala planetaria, nosotros estamos mirando al cadete del Joventut. Esto no tiene ningún sentido”. Como jugador formado en la Penya, ¿qué piensa de estas palabras?

Hay que diferencia­r una cosa de la otra y tiene su parte de razón. Evidenteme­nte, no puedes hablar en ese tono porque parece que estás desprecian­do un trabajo de años y una manera de vivir y sentir las cosas. Más allá de eso, la Euroliga está yendo en otra dirección, se acabará convirtien­do en una NBA y al final quedarán las ligas domésticas. La Euroliga pasará por encima de quien sea, ya lo ha ido haciendo con el tiempo. Ofrece los teóricos mejores equipos de Europa y está bien, es su producto, pero afecta a las ligas domésticas porque aumenta las diferencia­s entre los equipos que la juegan y los que no. Eso hace que si no eres Barça o Madrid difícilmen­te tendrás opciones de acceder al título. Durante el año a lo mejor puedes competir, hacer una buena temporada, puedes ganarles un partido, pero a la larga lo que está pasando es que siempre son los mismos. Si los equipos de ACB no son capaces de competir contra la Euroliga, que ésta haga una liga tipo NBA aparte y eso será bueno para las ligas domésticas, se harán más fuertes sin esos equipos, porque estarán más competidas. Sin esa diferencia aberrante de presupuest­os, cada temporada que empieza nueva todos los aficionado­s y los clubes tendrán la ilusión de poder ganar la liga

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FOTO: PERE PUNTÍ Sergi Vidal, capitán del Divina Seguros Joventut de Badalona, en un partido de la presente temporada

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