Pena máxima, alegría mayúscula
Segundo tanto de penalti en este 2017, tras otra concesión de Messi, y recupera en la Copa su tono goleador
El brasileño fabricó la jugada del primer gol, provocó otro penalti y tuvo una ocasión clara
El Barça logró ayer acallar ese zumbido molesto y persistente que le recordaba que desde 2007 no había ganado en Anoeta. “La victoria está mas cerca”, proclamó el día anterior Luis Enrique, y debió añadir para sus adentros ‘aunque sea de penalti’. Y eso sucedió por obra y gracia de Neymar. Después de meses de absentismo goleador, el brasileño va recuperando el color en este 2017. Dos goles en la Copa del Rey, los dos desde los once metros, y siempre utilizando el mismo ritual. Pasos, carrerilla pivotando en corto, y lanzamiento. Suficiente para romper el maleficio y engordar su autoestima.
Era un choque desagradable por ese frío intenso y glaciar que resquebrajaba la cara. Pero Neymar, acostumbrado al calor, derritió la presión y el muro donostia- rra provocando él mismo una pena máxima forzada a la contra. El brasileño exprimió una acción creada desde la defensa y que Luis Suárez embadurnó de peligro dejando pasar el balón en largo. Ney dejó clavado a Elustondo, que no tuvo más remedio metros más arriba que barrerle con el pie tras un recorte perfecto. Según datos de Opta, Ney ha provocado 19 penaltis con el Barça desde la temporada 2013-14, más que cualquier jugador de la Liga.
El lanzamiento, de todas formas, ya no era responsabilidad suya. Se saludó con Messi e intercambiaron unas palabras. De nuevo, el argentino le cedió el balón, quizá viendo en su mirada la necesidad de volver a marcar, como ya hizo en la vuelta de los octavos ante el Athletic en el Camp Nou, Leo exhibió su generosidad una vez más. Con este penalti ya son 15 los que ha cedido a sus compañeros en dos años. El brasileño no le falló. Su octavo gol de la temporada (cuatro en Liga, dos en Champions y cuatro en Copa) y ya va por los 93 en total desde que llegó. Quiere alcanzar los 100 pronto, como su buen amigo Luis Suárez. Todavía es el cuarto máximo goleador del equipo porque aún tiene por delante los 12 de Arda.
Pudo marcar otro
El árbitro anotó en la cartulina un único tanto, pero pudieron ser dos. Por un disparo con el interior del pie, tras un taconazo de Messi, que salió desviado y por otro penalti que forzó, al ser derribado por Rulli al tocarle por uno de sus brazos y que el colegiado del encuentro, González González, no solo no vio sino que el enseñó la cartulina amarilla por fingir la caída. El brasileño no protestó y tenía motivamos para hacerlo. Tuvo otras inmersiones venenosas pero que no acabaron siendo contabilizadas como acciones de gol claro. Otra de sus actuaciones más que correctas.
Neymar ya había resuelto el encuentro y eso era lo importante. Frente a la UD Las Palmas se había quedado en el banquillo. Era la primera vez en toda la temporada, porque en los nueve encuentros en los que no ha estado, tres fueron por estar con su selección, dos por vacaciones, otros dos por sanción, uno al no estar convocado y la última jornada de Liga