Dos Super Bowls por anticipado
Atlanta-Green Bay (NFC) y New England-Pittsburgh, platos exquisitos hoy en las finales de Conferencia
Esta noche se disputan las finales de Conferencia de la NFL, de las que saldrán los dos equipos que el 5 de febrero se medirán en la Super Bowl de Houston. En la NFC (21.05 h.) Atlanta recibe a Green Bay en el Georgia Dome, y en la AFC(00.40 h.) el Gillette Stadium de Foxborough albergará el New England vs. Pittsburgh. En ambos casos se trata de auténticas finales anticipadas, con tres franquicias acostumbradas a llegar lejos y una cuarta, Atlanta, que aún no conoce el brillo del anillo pero que ha mostrado un músculo excepcional durante todo el año.
Si cuando comenzó el playoff hace dos semanas los favoritos para la final eran Pats y Falcons, el pronóstico es igualmente sólido hoy. Pero ni siquiera los analistas más osados se atreverían a descartar las opciones de Steelers y Packers.
Green Bay se ha convertido en el gran animador de estos playoffs de la mano del ilusionista Aaron Rodgers, el quarterback con más talento natural y la cabeza más fría en los momentos clave desde Joe Montana. Los Packers estaban casi desahuciados cumplido el segundo tercio de la ‘regular season’, con 4 victorias y 6 derrotas. Desde entonces han encadenado ocho triunfos consecutivos y son el depredador latente más temido de la NFL.
Preciso como un láser
Su victoria taquicárdica en casa de los Cowboys, en un encuentro memorable, no hizo sino consolidarles como ‘outsiders’ de lujo. Llegan a Atlanta con la seria duda de su receptor estrella, Jordy Nelson, que se fracturó dos costillas al encajar un brutal golpe hace dos semanas ante NY Giants, pero con un Rodgers preciso como un láser. Parece conectar como y cuando quiere con sus destinos predilectos, Davante Adams, Randall Cobb y el poderoso Jared Cook (1.96 m./115 kg.), cuya recepción de puntillas a 3” del final en Dallas ha sido la jugada más comentada del año. Completan el cuadro de una ofensiva en racha el runningback Ty Montgomery y el fullback Aaron Ripkowski.
Sin embargo, si hay algún ataque que puede mirar al de Green Bay sin parpadear es el de los Falcons. El quarterback Matt Ryan, uno de los principales candidatos a MVP de la temporada, ha lanzado más yardas de pase y más touchdowns que nadie. De ‘Matty Ice’ se cuestionaba su respuesta en partidos a vida o muerte y respondió extirpando las vísceras a la temible defensa de Seattle y endosándole 36 puntos. Tiene a su disposición a Julio Jones, un receptor que parece sacado del laboratorio del Dr. Footballstein porque tiene la velocidad, el cambio de ritmo, el tamaño (1.91 m.) y la seguridad de manos de un cyborg. Y ojo con Mo- hamed Sanu, otro objetivo habitual.
Además, Atlanta posee un arma secreta. Y doble. Devonta Freeman y Tevin Coleman son la mejor pareja de runningbacks de la Liga, igual de eficaces ambos y una pesadilla para cualquier defensa, especialmente para una que suele sufrir en los ataques por tierra como es el caso de los Packers.
Se esperan puntos en este partido. Muchos. El talante ofensivo de los rivales y el precedente en temporada regular, un 33-32 resuelto en el último minuto, es muy válido.
Matar el dragón
“Ellos son el dragón y nosotros intentaremos matarlo”. La frase del quarterback de Pittsburgh, Ben Roethlisberger, define perfectamente la final de la AFC. New England Patriots lleva 15 años, desde que el tándem que forman el técnico Bill Belichick y Tom Brady lleva las riendas, siendo el eterno favorito. Todos los equipos lo saben y por eso todos lo respetan tanto como lo odian. Especialmente los Steelers.
Atlanta, mejor ataque de le Liga, tendrá que intentar frenar al imparable Rodgers Los Patriots son los eternos favoritos y por eso todos le odian. Sobre todo Pittsburgh
El pasado domingo el receptor Antonio Brown, que forma el tridente mágico de su equipo junto a ‘Big Ben’ y el runningback LeVeon Bell, transmitió a través de las redes sociales un inoportuno vídeo del vestuario de Pittsburgh celebrando el triunfo ante Kansas City. En él se escuchaba al técnico Mike Tomlin calificando a los Pats de “panda de capullos”. Luego se produjeron las inevitables disculpas y el tirón de orejas a Brown, pero es un síntoma inequívoco de la tensión soterrada.
Brady sigue siendo el único elemento indispensable de un engranaje que sustituye constantemente sus piezas sin dejar de funcionar a la perfección. Cualquiera puede ser el ejecutor de su preciso brazo, desde los previsibles Edelman, Blount, Bennett o Amendola hasta los inesperados Dion Lewis o Chris Hogan. Su defensa está a la altura y es una montaña enorme para cualquier oponente aunque no disponga del lesionado Rob Gronkowski, todo un desequilibrio en sí mismo.
Una cosa está clara: si los Steelers pretenden vencer, necesitarán touchdowns. En la final divisional ante Kansas no lograron ninguno y vivieron del tino de su chutador Chris Boswell